¡Levántate y vota!
Una vez más, dales una lección...
Vota a las listas cerradas, vota por el corporativismo, vota por el todo incluido de los rojos, azules, verdes o de la mezcla del momento. Vota en Europa para salirte de Europa. Bruselas bien vale una misa. Un erasmus de cinco años con carácter retroactivo. Un cementerio de elefantes cuando las dietas del Senado ya no se pueden justificar.
Vota por Europa porque tu haces Europa. Vota por esos dineros que has recibido y que ahora compartes. Ponte a la cola y no seas egoista. Vota por el conjunto de la Unión y vota por el deshaucio de tu nuera. Todo con civismo y clase. Por lo menos que parezcas de la educación concertada. Mantén ese saber estar. Que se te caiga la lagrima en el prime time y se te hunda el alma progresivamente para no hacer mucho escándalo.
Vota por el porvenir de las financieras, por las exquisitas mamadas que los lobbies exigen a los gobiernos. El robo de las eléctricas y la barra libre de las telecomunicaciones. Asume la condescencenia. Con un poco de suerte tu hija conseguirá unas prácticas en el BBVA y ascenderá si deshaucia a su vecina. No es su culpa, es un poco de todos. Véngate cogiendo la llamada de una teleoperadora diciéndola lo zorra que es, cuando tú sabes perfectamente que no es su culpa.
¡Qué lejos están! y hace dos días te vienen a decir que ellos son uno de esos setecientos parlamentarios europeos que te representan, que comparten tus preocupaciones diarias, y tienen la desfachatez de pasearse por el mercado y discutirte si el ojo de ese chicharro no está fresco.
Se prevén nubes y claros...y una fuerte abstención. Ya escampará...