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Los otros campurrianos | Campoo

Los duendes de Campoo

Corzos en Campoo. Fotos de Roberto Menéndez y Jonathan Rodríguez.

Sección semanal sobre la fauna y la flora autóctona

Algo se mueve en el bosque, se oyen sus pasos entre la hojarasca. De repente tres ladridos secos y un culo blanco que se esfuma a saltos entre la espesura...

¿Era un duende? Sí, el "duende del bosque", el corzo (Capreolus capreolus).

Este pequeño cérvido es una de las especies mejor adaptada a los rigores de nuestra comarca y prueba de ello es la presencia en prácticamente todos los hábitats campurrianos. Hoy en día ocupa gran parte del territorio español aunque hubo un tiempo (década de los 70) en que su distribución se restringía prácticamente a la Cordillera Cantábrica y algunas sierras gallegas.

Su silueta es inconfundible, de un color pardo que tornará a grisáceo a medida que se acerca el invierno, en el que resaltan dos manchas en el cuello de color blanco que en verano desaparecen y un bozal negro en el morro en contraste con el blanco de la barbilla y labio superior.

Cuerpo estilizado con los cuartos traseros más elevados que los delanteros y con un escudete anal de color blanco con forma de riñón en los machos y de corazón en las hembras, que presentan un mechón vulvar, que no cola. El escutelo anal es muy llamativo en esta especie, siendo un semáforo para otros congéneres que les avisa de peligros cercanos o la posición respecto de ellos.

Los machos, a diferencia de las hembras, presentan cuernas que no cuernos (se caen en otoño y se regeneran en pleno invierno). Estas cuernas suelen presentar una base o "roseta" y tres puntas; una delantera "luchadera", una superior y otra posterior o "garceta", aunque no es raro ver más puntas o las conocidas "pelucas", que no son más que crecimientos desmesurados de la cuerna debidos a problemas hormonales del individuo. El tamaño de estas cuernas es reducido y raramente supera los 30 cm de longitud, el tamaño y número de puntas varía en función de la edad, la dieta y la herencia genética entre otros.

Su dieta es muy variada no rechazando hierbas, brotes de arbustos, flores e incluso hojas de hiedra a pesar de apenas pesar entre 15 y 30 Kg.

A diferencia de lo que muchos piensan, los corzos tienen un patrón comportamental muy diferenciado entre invierno y verano. En la época invernal su tolerancia hacia otros congéneres es mayor, ya que las áreas de alimentación son limitadas, por lo que no es raro ver grupos de 8 o 10 individuos juntos, lo que aporta además una ventaja defensiva frente a depredadores.

A medida que avanza la primavera los machos pierden el terciopelo, que recubre las nuevas cuernas, contra la vegetación ("descorrean"), marcando así el territorio y disminuyendo su tolerancia hacia otros machos. Este territorio se solapará con el de varias hembras que a lo largo de Mayo darán a luz a sus crías, concebidas el verano anterior.
Este retardo entre celo y partos se debe a un fenómeno conocido como diapausa embrionaria o implantación retardada. A los pocos días de la cubrición la gestación se ralentiza durante meses. En Enero esta gestación se retoma para dar a luz en primavera. Esta adaptación fisiológica impide el nacimiento de los corcinos en lo más crudo del invierno.

Estos partos suelen ser de gemelos que quedarán resguardados al abrigo de la vegetación mientras la madre se alimenta. A este camuflaje ayuda su coloración a motas lo que es muy útil entre los claroscuros del bosque.
Con la llegada de Julio y Agosto las hembras vuelven a estar receptivas y los amaneceres y atardeceres de nuestro valle se llena de ladridos y carreras, esto indica la llegada del celo o "ladra". No es raro ver entre la vegetación círculos aplastados de hierba en estas fechas, producidos por las persecuciones del macho a la hembra en celo y que en otra época se pensaba que eran cosas de brujas, de ahí su nombre "círculo de brujas" o "corros de brujas". Con el final del celo el ciclo vital del corzo volverá a iniciarse una vez más.

Quizás en vuestro siguiente paseo por el campo tengáis la fortuna de ver a uno de estos pequeños duendes...quien sabe.