Con mucho cuento

Dosto y Evski

"Porque quizá leer no resuelva el conflicto, pero no leer no resolverá ningún conflicto"

Dosto y Evski saben que se llaman Dosto y Evski -o quizá no lo saben y yo quiero creer que sí- pero no saben por qué. Solo son dos diamantes mandarines que poco a poco han aprendido a confiar en los humanos con los que viven, aunque no saben dónde viven, o cómo se llama el lugar dónde viven, como tampoco saben que el continente del que procede su especie se llama Oceanía o que Ucrania ha sido invadida por Rusia.

"La guerra dio al amor el tajo fuerte", escribía Antonio Machado a la sombra de otra guerra, aunque su verso ilumina la verdad de todas las guerras, tal vez porque todas son la misma guerra.

Dosto y Evski -¿sabrán que se llaman Dosto y Evski?- no saben quién es Dostoyevski, igual que Dostoyevski no sabía quiénes son Dosto y Evski. Tampoco sabía Dostoyevski que Ucrania iba a ser invadida por Rusia. Imposible viajar en el tiempo, dar un salto de casi doscientos años, abrir y cerrar el paréntesis y seguir aquí, allí, en Rusia. O en Ucrania.

No sabía Dostoyevski que Rusia iba a invadir Ucrania a la fuerza, que más de un millón y medio de ucranianos iban a huir en busca de refugio a otros países, que miles de rusos iban a ser detenidos por manifestarse contra la guerra, que muchas personas no podrán recordarlo. Nada de esto sabía Dostoyevski. Ninguna responsabilidad puede tener su literatura, nada hay de estos actos en sus palabras. Y, sin embargo, una universidad italiana ha cancelado un curso de Dostoyevski. Boicot a Dostoyevski. Por ruso. Por haber nacido en Rusia doscientos años antes de esta guerra. El mismo Dostoyevski que escribió: "Déjennos ustedes solos y sin libros y enseguida nos haremos un lío, nos extraviaremos. No sabremos qué partido tomar, a qué agarrarnos, qué amar y qué odiar, qué respetar y que despreciar". Porque quizá leer no resuelva el conflicto, pero no leer no resolverá ningún conflicto.

Dosto y Evski -que probablemente ni siquiera sepan que se llaman Dosto y Evski- no saben nada de nuestras guerras. Ni de nuestra literatura. Pero en su confianza, en su curiosidad amistosa a otro animal, hay esperanza. Esperanza contra las invasiones, contra la represión, contra el tajo fuerte.

Por eso hoy quería hablar de dos diamantes mandarines que se llaman Dosto y Evski. Porque no sé qué decir de esta guerra que muchos sufren porque algunos así lo deciden y que a todos nos aterra.

Por la esperanza. Por la paz. Y por la literatura.

PD: Y hablando de literatura y de luz pese a la oscuridad, esta tarde a las 19:30 horas en la Sala de la Chimenea de la Casona se presenta el maravilloso poemario Y, sin embargo, la luz, de Sergio Balbontín. Será una suerte celebrar juntos en un momento como este, sin embargo, la poesía.