Sergio Balbontín, ganador del XXX Premio 'Cálamo' de poesía erótica, convocado por la Sociedad Cultural Gesto, presenta hoy en su sede de Gijón su nuevo libro, ‘La comisura de las luciérnagas'. Una obra editada por este colectivo que ha premiado su recopilación de 33 poemas de verso libre que hacen girar todo en torno a la mujer, de una manera sugerente y sensual, llena de formas geométricas, luces y olores. En el libro, prologado por Julio Ceballos, con ilustraciones de Ricardo González y fotografía de Raúl Lucio, su autor quiere que cada lector indague en lo que dicen sus poemas de él mismo, de sus experiencias y deseos. En esta entrevista, Balbontín se sacude el pudor, se desnuda un poco y nos confiesa lo que más le atrae de las mujeres.
- ¿Qué va a encontrar el lector en ‘La comisura de las luciérnagas'?
- Los poemas se caracterizan por su tono erótico y toques sensuales, con continuas referencias a la adoración del cuerpo de la mujer y a la manera de relacionarse entre hombres y mujeres. Se ha ido construyendo entre los 8 o 10 últimos años, que es el tiempo que he estado sin publicar. Una cuestión es escribir y otra publicar; el poeta siempre escribe porque siente esa necesidad de volcar la palabra en el papel pero también aspiras a que te lean y quieres hacer sentir a la gente.
Al leer el libro, el lector, más que plantearse por el significado de un poema, tiene que preguntarse "qué está diciendo ese poema de mi". En la poesía se abordan grandes cuestiones como el amor, la muerte, la existencia, la libertad, etc. y considero que es el género máximo sobre el que giran todas las cosas. Situaciones que todo el mundo ha vivido y en las que poder encontrarse reflejado. El lector es la clave de la poesía. El libro está cargado de imágenes y la mujer ocupa el centro; más que el sexo, la mujer.
- ¿Dónde está el límite entre lo erótico y lo pornográfico?
- La poesía erótica tiene varios niveles. Intento llegar a la gente de manera sencilla, con sorpresas, empleando la luz y figuras geométricas basadas en el cuerpo de la mujer. El erotismo y la pornografía puede ir perfectamente de la mano, Umbral dijo que "el sexo tiene vocación de flor", y es que tradicionalmente ha sido la sociedad quien en ocasiones convierte al sexo en un monstruo, algo que viene de un hondo poso religioso arraigado en nuestra cultura. No creo que la gente de las últimas generaciones vea el sexo como algo sucio. El erotismo juega con la imaginación de la mente entre dos personas que se atraen, se insinúa más que se enseña, no es tan explícito. Si se vuelve soez, el poema y la poesía pierde valor. En esta obra nadie va a encontrar palabras como "penetración" o "ábrete", cada poema es una mujer que vas a desvestir. Juego a que el lector desarrolle el poema y sea el encargado de descubrir en cada verso, poco a poco, hacia donde le lleva esas palabras impregnadas de olores, de texturas de la ropa o de la piel.
-¿ Y ese título?
- Recurro un poco a la metáfora de la poesía de entrar en un bosque que está oscuro y de repente aparecen esas luces revoloteando. Como cuando te aparece el concepto. La mejor manera de escribir poesía es mirando. Además, el apareamiento de las luciérnagas se parece mucho al del ser humano. Se relacionan por luces, por parpadeos y dependiendo de la intensidad, la hembra es atraída por la luz del macho. Incluso las luciérnagas (los machos) pueden llegar a desorientarse por su propia luz y al final se sienten atraídos por algo artificial en lugar de por las hembras y puede acabar en el poste de una farola fruto de un espejismo.
- Algo muy narcisista. Por la noche hay quien también acaba abrazando farolas.
- (Risas) Sí, creo que el ejemplo de las luciérnagas es una gran metáfora entre hombres y mujeres. De las relaciones nocturnas, también de una menor capacidad de discernir fruto del alcohol, donde también puede haber engaño. Y algo similar lo veo todos los fines de semana en el bar que regento. Un bar es un lugar lleno de poesía. Cuántas historias habrán surgido en la barra de un bar...Es un libro absolutamente nocturno y yo, también lo soy.
- ¿Cuánto de engaño hay en la seducción?
- Siguiendo con el símil de las luciérnagas, creo que bastante. Intentamos ser más simpáticos, más guapos, tener más luz de la que realmente tenemos, ya sea para mantener una relación puntual o prolongada.
- ¿Qué pasa cuando las luces se apagan?
Luego queda el recuerdo, la poesía es una manera de mantener vivo el recuerdo y cuando se apaga la luz quedan buenos recuerdos, aunque también me lo llevo a un plano más pesimista.
- Y también permite poseer lo que ya no tienes y no tendrás...
La poesía es una forma de soñar con algo que no puedes conseguir. Es un juego imaginativo total. A través de la literatura filtras lo que miras y reflexionas. Boris Vian decía que "todo es verdad porque me lo he inventado yo". En ‘Deseo' escribo:
Que alguien escriba
que fue verdad que una vez
algún día de alguna noche
estuvimos desnudos para siempre
El acto de escribir poesía es donde más se desnuda el escritor, el acto de mayor desnudo de una persona. Si analizas fijamente alguno de mis poemas puedes extraer mucho de mi personalidad, y de la de cualquier poeta, es una declaración de cómo eres.
- ¿Por qué atrae tanto lo prohibido?
- El erotismo y el sexo es algo privado que rara vez se hace público y un libro de poesía es un formato ideal. Lo más sensual es lo furtivo, lo prohibido, la lujuria, que me encanta esta palabra. Este es un libro muy lujurioso pero no hay que confundirlo con pervertido. La lujuria es más erótica, alude a algo con lo que gusta experimentar, tocar, mirar...Creo que el sexo y el erotismo no tienen que tener ningún tipo de límites, en el sentido en que entre esas personas que se aman no debe haber cortapisas.
- ¿Qué te parece lo más sugerente y erótico de una mujer?
- Soy adicto al pelo rubio, la mirada me parece de los más erótico porque hace saltar la chispa. Todas las connotaciones de la piel, el ombligo...Un poema se tiene que guiar por el sentido de la belleza. Importa el fondo, no la forma, que sea hermoso y te cuente algo. Si tienes una relación erótica o sexual con una persona lo peor es que te haya dejado como estabas antes. Tiene que transformar al igual que los poemas tienen que conmover.
- ¿Eres un voyeur?
- Totalmente. Un poeta es un voyeur, está escondido mirando, espiando, sacando de una conversación una frase, un gesto. En el poema ‘No amarás' escribo:
Él cada noche la espía
ve cómo se desnuda
como derrite con su lengua
cubitos de hielo rojo
en el cuarto de revelado
Nunca la amará
Él cada noche la piensa
desnudo mientras dibuja
vaginas de colores
en su pequeño bloc de la escuela
-¿Qué es más fácil que se acabe antes, el amor o el erotismo?
- Después del amor queda el cariño, no creo que puedas mantener la misma intensidad en una relación prolongada. La fogosidad se diluye pero no significa que desaparezca. Unas se rompen y otras no. Dudo que a mis padres se les revuelva el estómago cuando ven al otro doblar una esquina pero queda el cariño y el respeto. Sin embargo, en gente joven pienso que el erotismo dura mucho más que el amor. ¿Cuántas veces hemos oido que las relaciones se basan en sexo porque es lo más primario de los animales? El sexo es algo maravilloso que sublima y hace que cualquier persona sea potencialmente mejor. Es una especie de argamasa que une una relación. La ecuación ideal es tener sexo con la persona a la que amas porque considero que esa fusión hace que el sexo sea mejor.
- ¿Hay poesía en la monotonía?
- Hay personas que encuentra la felicidad en la monotonía pero personalmente creo que hay que tener picos altos y momentos bajos, tenemos que recibir corriente. Y eso te permite vomitarlo en el papel. No me gusta el concepto de "bonito" en la poesía. Ha habido gente que cuando ha leído algún poema mío me ha dicho que les ha encantado porque es triste.
- ¿La buena creación tiene que partir del tormento?
- Cuando se anuncio la ruptura de la relación entre el cantante Thom Yorke y su pareja muchos pensamos que el próximo trabajo de Radiohead iba a ser un gran disco, y así fue. Una obra que nace de una relación rota y desde la pérdida. Para mi el dolor estimula mi imaginación. Un poema tiene que doler. Una poesía en la que todo es alegre o feliz, que habla de lo bonito que es todo a mi no me llega. Fred Zinnemann, director de ‘De aquí a la eternidad', afirmaba que "nadie miente cuando habla de su soledad". Nadie se va a inventar las penas. La angustia siempre es necesaria para crear y tiene que haber un catalizador.
He estado ocho años sin publicar porque no había aparecido algo o alguna situación que me llevara a hacerlo, pero sí he escrito durante todo este tiempo. También se escribe porque ha aparecido alguien, pero yo prefiero sufrir en mi mundo interior y mi soledad, donde es necesario el dolor. Prefiero sentir algo de dolor y escribir, a estar muy feliz y no escribir.
- ¿Cuándo escribes?
Nunca se deja de ser poeta. Me encantan el proceso creativo cuando surge una frase suelta, un concepto y lo vas limando, mueves una coma o quitas un verso. Me gusta escribir de noche y siempre con música, que me transmita un poco esa angustia que me anima. En breve me iré una semana solo a Cadaqués (Costa Brava) para escribir un libro. Voy con ideas, con mil anotaciones y unos pocos versos. Necesito irme de Reinosa unos días para esta solo conmigo mismo.