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Actualidad | Cantabria

"El despoblamiento del medio rural es uno de los problemas más importantes de nuestra sociedad"

El consejero de Medio Rural, Jesús Oria, participó en las XI Jornadas Nacionales y IX Internacionales sobre Naturaleza y Medio Ambiente, donde presentó la ponencia 'El medio rural y la conservación de la naturaleza en Cantabria'

El consejero de Medio Rural, Pesca y Alimentación, Jesús Oria, ha afirmado que el despoblamiento del medio rural es "uno de los problemas sociales, económicos y ecológicos" más importantes de nuestra sociedad, por mucho que pase desapercibido en la vorágine de conflictos que nos rodea cotidianamente.

Para Oria, se trata de un despoblamiento que "es consecuencia de múltiples factores" y que es, a la vez, "causa y efecto" de la desaparición o debilitamiento de múltiples actividades económicas de carácter endógeno que configuraban, en otros tiempos, un entramado socioeconómico característico y propio de economías rurales.

Como solución a estos males, el consejero ha apuntado hacia el Programa de Desarrollo Rural (PDR) como la principal herramienta financiera específica con la que cuenta el Gobierno de Cantabria para atajar los procesos de despoblamiento.

Estas palabras de Jesús Oria forman parte de la ponencia titulada 'El Medio Rural y la Conservación de la Naturaleza en Cantabria' que presentó ayer en el Paraninfo de La Magdalena, dentro de las XI Jornadas Nacionales y IX Internacionales sobre Naturaleza y Medio Ambiente, organizadas por la Delegación del Gobierno en Cantabria, la 13ª Zona de la Guardia Civil, las consejerías de Medio Ambiente y de Medio Rural del Gobierno cántabro, y el Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA).

Para explicar o hacer más comprensibles estas afirmaciones, el titular de la Consejería ha ofrecido estas cifras: En 1950, Cantabria tenía una población de unos 405.000 habitantes, que en 1970 llegaba a 470.000, en el año 2001 alcanzaba las 535.000 personas y en 2014 casi 589.000. Tomando como referencia seis municipios representativos de zonas rurales del interior de nuestra región (Cabuérniga, Luena, Miera, Soba, Valderredible y Vega de Pas), los mismos sumaban unos 18.000 habitantes en 1950, poco más de 11.000 en 1970, apenas superaban los 6.000 en 2001 y se quedaban en 5.174 habitantes el año pasado, 2014.

Es decir, en un contexto regional que ha experimentado un crecimiento de la población del 45% en los últimos 65 años, esos seis municipios rurales cántabros, con el sector primario como principal actividad económica, han perdido más del 71% de sus habitantes.

La consecuencia de esos procesos, ha añadido Oria, es que muchos municipios rurales del interior de Cantabria tienen densidades de población inferiores a los 10 habitantes por Km2, dato que va acompañado por una elevada dispersión y reducido tamaño de los núcleos.

Por todo lo anterior, Jesús Oria constata un hecho evidente: Población en descenso y población envejecida. En Cantabria, la tasa de envejecimiento, es decir, el porcentaje de población de más de 64 años, es del 17%. En los seis municipios rurales antes citados, y que habían perdido el 71% de sus habitantes desde mediados del siglo pasado, la tasa de envejecimiento supera el 30%.

También, para avalar la alta importancia del "medio rural" en nuestra región, el consejero ha aportado en su intervención más datos. Así, que las zonas rurales ocupan aproximadamente el 90% de la superficie de nuestra Comunidad Autónoma, siendo la base territorial en la que se desarrolla la actividad del sector primario regional: las actividades agrícolas, ganaderas, forestales y pesqueras. Sector primario que, sin duda alguna, forma parte de la esencia misma de nuestra región y ha condicionado y determinado muchos aspectos de la realidad regional: su economía, cultura, etnografía, paisaje y, por supuesto, nuestra biodiversidad.

Las actividades agroganaderas y forestales representan cerca del 3% del Producto Interior Bruto regional, y ocupan más del 90% de la superficie de Cantabria, además de desempeñar un papel fundamental en la conservación del medio ambiente, de los paisajes y del patrimonio cultural.

Cantabria es una de las regiones europeas con más marcada orientación ganadera, con un dominio absoluto del ganado bovino, que aporta casi el 85% de la Producción Final Agraria, y más concretamente de la producción láctea, que supone en torno al 55% de la Producción Final. Esto hace que la economía agraria sea totalmente dependiente de los precios de la leche, que actualmente pasan por un período crítico, y de los animales para vida y cebo.

Según los datos del Anuario Estadístico de 2014, publicado por el Instituto Cántabro de Estadística, en Cantabria existen 7.733 explotaciones ganaderas, con un censo superior a las 512.000 cabezas de ganado. Las explotaciones de bovino son las más numerosas, 6.431, seguidas de las de equino, ovino, y caprino.

Otras producciones agrícolas y ganaderas tradicionales, que habían llegado a desaparecer como elementos del mercado quedando, en el mejor de los casos, para el autoconsumo o comercialización a muy pequeña escala, tienen expectativas favorables por la creciente importancia que otorga el consumidor a los productos locales y las marcas de calidad. Así ocurre, por ejemplo, con el incremento de la producción de vino, miel, sidra o pequeños frutos.

También tienen buenas perspectivas las producciones asociadas a marcas de calidad diferenciada (sello cc-Calidad Controlada, Indicaciones Geográficas Protegidas y Denominaciones de Origen), como por ejemplo, los quesos, las producciones hortícolas o productos elaborados, como los sobaos. Se puede afirmar que las producciones ecológicas o de calidad diferenciada tienen en Cantabria un prometedor futuro, lo que convierte al sector agroalimentario en un motor de desarrollo socioeconómico para las zonas rurales de nuestra región.

Por último, la posibilidad que tienen las explotaciones de complementar sus ingresos con otras actividades no agrarias, básicamente las turísticas, está experimentando un desarrollo incipiente, si bien actualmente sólo llega al 1,9% las explotaciones de una cierta dimensión que completan sus ingresos de esta forma.

Pero todas las oportunidades de futuro que tiene el medio rural se encuentran con el hándicap de la pérdida de población y el envejecimiento, procesos cuya reversión debe ser objetivo prioritario de las políticas sociales de nuestra Comunidad, pues el desarrollo rural también debe ser contemplado por todas las Administraciones como un objetivo estratégico en la lucha contra las desigualdades, la exclusión social y los desequilibrios territoriales.