Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.
Puede obtener más información, en nuestra Política de Cookies.

Cultura | Reinosa

Daniel Guerra presentará 'Una luz ida' en La Casona

Daniel Guerra presentará 'Una luz ida' en La Casona

Este viernes a las 19.30 horas

El poeta Daniel Guerra de Viana presenta este viernes, 28 de octubre,a las 19.30 horas en la sala de La Chimenea de La Casona de Reinosa su último libro, 'Una luz ida'.

El autor estará acompañado por la escritora Celia Corral Cañas y el concejal de Cultura, José María Martínez, y estará ambientado con la música de Manuel Cabaniñas.

Entrada libre hasta completar el aforo.

Extracto del prólogo a cargo de Celia Corral:

UNA LUZ IDA

Daniel Guerra de Viana

En este poemario se percibe en la clarividencia del autor su intensa experiencia en el mundo de las letras desde los dos lados de la página. Como codirector de la revista universitaria Catacumba, como coordinador de Cuadernos de Campoo entre los años 2000 y 2013; y, por supuesto, como poeta, con múltiples publicaciones, entre las que destacan: II Concurso Regional de Poesía y Relato Asociación Cultural Tertulia Goya (Santander 1996), 9+2 al natural (Reinosa, 1997), Reinosa: Visiones contemporáneas (Reinosa, 1999), Micro (Librería Asterix, Reinosa, 2000), (colaborando también como editor en estas tres últimas publicaciones), Humus: diez años de poesía última en Cantabria (Fundación Gerardo Diego, Santander, 2003), VerSOS y Aula (Peñacastillo, 2003), Amalgama (Casa de Cultura Sánchez Díaz, Reinosa, 2005), Reinosa el paso del tiempo (Cantabria Tradicional, Torrelavega, 2004), Campoo, ¡as vidas y los paisajes (Cantabria Tradicional, Torrelavega, 2005) o Las escamas del frío (Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte, 2016), y su trabajo ha sido recogido también en las antologías Con tu piedra (2005) y Aliendos (2006) (Gobierno de Cantabria). La voz poética de Daniel Guerra de Viana es interesante, singular y luminosa. Quizá porque «en este paréntesis que es su vida» ha aprendido (y, como buen profesor, ha enseñado) a escuchar el silencio de la música.

Este libro que sale a la luz parece tener la vocación de recuperar los conceptos clásicos de lo bello, lo bueno y lo verdadero, de decir lo mismo desde la piel de las palabras hasta el corazón de su significado, desde los sonidos (y sus silencios) hasta el peso (y el peso de sus sombras) que dejan los poemas después de ser leídos. Es este un poemario lleno de ráfagas y silencio (ese «alfiler que no une, no repara...»), de tiempo y fugacidad, de vida y de muerte, de poesía de luz ida y de poesía lucida (que obra con esplendor, que llama la atención por su belleza). Y de memoria. La luz admite su condición en todos sus sentidos: ida porque ha partido, porque ha salido del lugar sin marcharse del todo, ida porque responde a un ímpetu, a una prontitud impensada, ida porque presenta necesaria insensatez, ida porque deja señales en el territorio, huellas para que el lector construya su hermenéutica.

No le teme el sujeto lírico a la crisis ni a los sabores agridulces (esa ironía casi ácida en el poema «En un bar se escriben poemas de esperanza» o triste en el no menos audaz «Esta señora no me paga») y responde a la llamada del trasfondo (el lugar donde nace el mar, que diría Lorenzo Oliván) que nos invita a «bajar a la ciudad» o a temer el «entramado de nubes», la «nube que tapa tu risa». No menos admirables resultan la estructura dialéctica, la escucha, las grietas, las elipsis, las referencias, el sentido visual de la página y de los márgenes, los efectos finales de cada cierre, las sinestesias y las imágenes, que son, en definitiva, un signo de la identidad poética del autor.