Por un parte, unas alas que hablan de libertad, resistencia y coraje, de vuelo, de lucha, de aceptación y adaptación; por otra, una bicicleta que es velocidad, luz, viento cálido, placer, verano, sol, hierba. Estos son los ingredientes con los que Maribel Fernández, Rosa Medrano, Mercedes Navarro y Pilar Lorenzo, unas amigas de Reinosa y Campoo de Enmedio, han construido un relato al que han dado forma de libro "El vuelo de la libélula". Un relato basado en la amistad, la confianza y la diversión, un relato que inventa una fórmula para abrir una ventana al exterior desde la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Porque esas alas son las de Maribel, que padece desde hace poco más de un año esta devastadora enfermedad. Gracias a ella, nace este libro que se presenta el próximo sábado 10 de febrero, a las 18.30 horas, en la Sala de la Chimenea de La Casona de Reinosa. Una publicación que surge desde una afición común de cuatro amigas, la bicicleta, entendida como disfrute, paseos, libertad y alegría y el compromiso de pedalear por una amistad que se sustenta en valores fundamentales como el amor, la lealtad y la solidaridad.
Ese compromiso, desde hace unos meses se ha traducido en un proyecto que pretende, además de dar a conocer rutas en bici por Campoo, visibilizar esta enfermedad, evitar el aislamiento que provoca y aportar, un pequeño gesto de apoyo a la Asociación cántabra de ELA CanELA, desde este rincón del Sur de Cantabria. En esta aventura, también pedalean junto a las autoras, el poeta Regino Mateo que ha escrito un prólogo que hace vibrar, que emociona y que estremece, el artista Nacho Zubelzu, autor de la portada y de las maravillosas ilustraciones, junto a las de Rosa y Marimer. Por último, Jesús Allende, encargado del magnífico diseño. Y por supuesto, los Ayuntamientos de Reinosa, Campoo de Enmedio y la Hermandad de Campoo de Suso, ya que, sin su colaboración no hubiera sido posible sacar adelante esta publicación. A la presentación acudirá también, el presidente de la Asociación Cántabra de ELA CanELA y presidente de la Confederación Nacional de Entidades de ELA de España ConELA, Fernando Martín, que tanto está luchando por sacar adelante la Ley ELA. Y además, el público podrá disfrutar de la cálida y envolvente voz de la artista y rapsoda, Raquel Martín.
Todo empezó hace cinco años cuando cuatro mujeres que apenas se conocían, decidieron unirse para desarrollar una afición común, pasear en bicicleta, y desde entonces, desde ese sillín han forjado una gran amistad. La ELA se cruzó en ese mundo de proyectos, de ilusiones, de futuro. Una enfermedad que aísla, que aleja, que encierra, que invalida. Por eso "decidimos que, si la bicicleta nos unió en un primer momento, seguiría, ahora, siendo nuestra conexión" señala Rosa Medrano. Así que resolvieron capturar las palabras, recoger por escrito todas esas conversaciones que se llevó el viento cálido, recordar las cosas alegres del pasado con la intención de escapar y huir a las cómplices tardes de verano, de sol, de ruedas silbando en el asfalto o llantas siseando sobre la hierba de los campos recién segados de los valles de Campoo. Inventaron fórmulas para continuar con un idioma secreto y seguir comunicándose, de alguna forma, a través de la bicicleta. "Sobre todo, porque creemos que es posible asomarse a la ventana del tiempo y revivir las cosas bonitas del pasado, para dar sentido a un presente jamás esperado" asegura Marimer Navarro.
Este proyecto, las ha llevado a reunirse, a wasapear continuamente, a reír, a discrepar, a recordar, a revivir y sentir. "Aunque me he convertido en un interior por donde paseo y hasta pedaleo, todos esos recuerdos y estas experiencias montada sobre una bicicleta, me permiten salir al exterior como un sueño y volver a mi yo interior, comprendiendo lo incomprensible" señala Maribel Fernández, quien agrega, que su vida ha cobrado un sentido al poder ayudar a CanELA, "a la que tanto le cuesta conseguir los apoyos necesarios, a la vez que aportar una luz a la investigación de esta devastadora enfermedad, con el deseo de que en el futuro nadie atraviese por lo que yo estoy viviendo".
Y el resultado es este pequeño volumen de 80 páginas, que contine 12 rutas trazadas por los mismos lugares que las campurrianas han recorrido a golpe de pedal, atravesando los municipios de Reinosa, Campoo de Enmedio y la Hermandad de Campoo de Suso. Al fin y al cabo, aseveran que aunque el movimiento del cuerpo se paralice, los músculos no obedezcan y la voz se apague, los sentidos siguen alerta y la memoria es libre, por lo que han dividido sus rutas siguiendo los cinco sentidos sensoriales. En los trayectos siempre han estado rodeadas por ese gran circo glaciar, que, a modo de herradura, les ha cobijado en sus paseos. Presidiendo y como testigo han tenido el pico Tres Mares, que junto al río Híjar y al río Ebro, "nos han hecho disfrutar de cada segundo, cada minuto y de ese sinfín de horas sobre la bicicleta". Son doce rutas muy personales, circulares, de fácil recorrido por pistas de tierra y carreteras para realizar junto a amigos o en familia, "que cada una abordamos desde nuestra percepción íntima del viaje, conversaciones que parten de nuestras aficiones y gustos a través de los cinco sentidos" apuntan las autoras.
De esta forma, el sentido del oído, lo compone Marimer porque es serena, es música y literatura, habla siempre de conciertos, de libros y también pinta. Por su parte, Maribel olfatea nuevas rutas, es intrépida y siempre está en busca de los frutos que nos ofrece la naturaleza, endrinas, moras, setas que convierte en deliciosas recetas. Y Rosa palpa, porque es inquieta, le gusta la decoración, colecciona de todo, también ideas y momentos que transforma en manualidades y obras de arte. En cuanto a la vista, Pilar es curiosa, explora la historia y el patrimonio e imagina cuentos y fábulas. El gusto es el quinto sentido, de él hablan todas, porque saborean lo que el camino de la ruta les depara, paisajes, instantes, anécdotas, tormentas y la complicidad de disfrutar de una afición en común.
"Para nosotras, la bicicleta, al igual que la libélula, tiene la habilidad de bailar con el viento. Frágiles, en apariencia las dos, sin embargo, montadas en el sillín, hemos conseguido desarrollar alas tan resistentes como las de este bello insecto, que nos ha enseñado a ser constantes, pacientes y fuertes, lecciones que nunca olvidaremos y que hoy compartimos" matiza Pilar Lorenzo.
Un recuerdo muy especial tienen también hacia Arancha Fernández Lucio, diagnosticada recientemente de ELA.
En definitiva, con la satisfacción de ser solidario, del compromiso, de la colaboración y ayuda de todos, "pensamos que se puede hacer una sociedad mejor, más justa y más humana, por eso os invitamos a pedalear con nosotras", concluyen.
