Deporte | Reinosa

'Cuando la unión obtiene premio'

'Cuando la unión obtiene premio'

Crónica del partido, por el Campoo Rugby Club

GS Reinosa 14-12 XV Hortaleza, o cuando la unión obtiene premio.

Reinosa recibía otra semana más al deporte del balón ovalado, esta vez con un día típicamente británico en el que la lluvia y el frío se convertían en protagonistas incómodos para el espectáculo.

Visitaban tierras campurrianas los chicos del XV Hortaleza, el club con más licencias del territorio nacional, lo cual puede dar idea de la importancia del encuentro.

El GS Reinosa afrontaba el partido con bajas de ultimísima hora que serían subsanadas por jugadores de Aparejadores de Burgos que acudieron a reforzar al conjunto campurriano en tan difícil envite, lo cual dejaba un poco en incógnita la prestación de los locales.

Los primeros compases del encuentro iban a despejar todas las dudas acerca de como se desarrollaría el mismo. Los madrileños, conjunto de gran tamaño, tenían la posesión de la pelota, aunque no conseguían romper la rocosa defensa campurriana, que una y otra vez frenaba los envites de la potente delantera visitante sin ceder metros.

Intentaba Hortaleza hacer daño con relances de sus flankers a ras de agrupamientos, en una de sus innumerables fases, el balón cayó del lado local, que aprovechó la descolocación de la defensa madrileña para, ejerciendo el juego a la mano que acostumbra, coger a contrapie a los de la capital y poner el primer ensayo en el marcador.

Seguía Hortaleza enlazando fases, que obligaban a los cántabros a hacer esfuerzos titánicos en defensa, que conseguían mantener a raya a los visitantes.

Pero el cántaro iba demasiado a la fuente, y claro está terminó rompiéndose. Una sucesión de fases de delantera acabó con el balón en la línea de ensayo local, poniendo el 7-5 en el marcador.

Mismo guión, pero curiosamente una jugada, que viendo el desarrollo del partido sería inimaginable, iba a ser el origen del segundo ensayo campurriano.

Los chicos del GS Reinosa, con menos envergadura que sus oponentes, formaron un maul en el centro del campo, y para sorpresa de todo el mundo presente, dicho maul se presentó en 22 madrileña, involucrando a muchos defensores, dejando la retaguardia desguarnecida lo que aprovecharon los cántabros para ensayar y poner el 14-5.

Encorajinó esto a los madrileños que se vengaron en las postrimerías del primer tiempo consiguiendo su segunda marca después de un saque de lateral a cinco metros de la línea de ensayo en la que aprovecharon su corpulencia para arrastrar a los chicos de Campoó y conseguir el 14-12 con el que finalizó el primer tiempo.

Habíamos dicho que el primer tiempo fue una sucesión de fases por parte de los madrileños bien defendida por los cántabros que aprovechaban las oportunidades de salir a la mano.
Pues bien, el segundo tiempo lo puede escribir un superviviente de El Álamo, o de la ciudad de Numancia.

Jamás la palabra asedio tuvo un significado tan claro y nítido.

Hortaleza iba una y otra vez con todo. GS Reinosa no conseguía salir ya con el balón jugado, ya que bastante tenían los tres cuartos con parar las andanadas de los delanteros "trescuarterizados" madrileños.

Una fase, otra, otra.... Era crónica de una muerte anunciada, Hortaleza era dueño y señor del balón, en alguna ocasión romperían la defensa y ganarían el encuentro....

Pues hoy no era el día.

Hasta cuatro ocasiones muy claras tuvieron los de Madrid para llevarse la victoria. Y unas veces por balones caídos, otras por un ensayo salvado en el último metro, incluso un golpe centrado erraron los visitantes. Hoy no era el día. Enfrente tenían una muralla que evitaba una y otra vez la consecución del éxito.

Quemaron las naves los campurrianos y decidieron vender muy cara, pero mucho su piel. Y acabaron acertando.

En un torrente de sacrificio, determinación, valentía y actitud, se llevaron el encuentro. Cuando el árbitro pitó el final, nadie recordaba muchas cosas: que era un partido amistoso, que llovía, que hacía frío, que faltaba gente...Eso sí, se recordará que fue un partido durísimo y vibrante.

...Y muy, pero que muy divertido y bonito.