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Campurrianos | Campoo de Enmedio

Cuando fuimos los mejores

Cuando fuimos los mejores

Equipo fundacional. Por arriba, de izquierda a derecha: Carlos, César, Zarra,Lili, Tinín, Andrés, Luis, Bobi, Ángel. Abajo: Paco, Chicu, Fonso, Gelito, Rafa, Uco y Gallo.

Los exjugadores del Matamorosa C.F. se reúnen en el 44 aniversario de su fundación para las fiestas de la localidad

"En el grupo de la Tercera Regional, el Matamorosa C.F. continúa imbatido después de sus tres partidos jugados, pues el domingo pasado se desplazó al campo de deportes de Guarnizo para contender con ilusión de aquella localidad, lo que al igual que en partidos anteriores, logró una ventaja al final del encuentro con el no despreciable tanteo de tres goles a cero", así informaba a través de una crónica enviada a un diario regional Manolo Villa, propietario del bar Villa de Matamorosa, punto de reunión de un grupo de veinteañeros que entre charlas y vinos decidieron fundar en septiembre de 1971 el primer equipo de fútbol federado de la capital de Campoo de Enmedio.

Sus promotores fueron Carmelo Hijosa como presidente del club, entonces maestro de las Antiguas Escuelas, el propio Villa y un grupo de amigos entre los que se encontraban Tinín Pozo, Lupi, Andrés Nestar, Carlos o César.

La andadura del Matamorosa fue breve pero intensa; un puñado de temporadas en Tercera Regional a partir del 1971, que se inauguró con una victoria contra el Cayón en La Penilla por 2-0, en un partido en el que abrió el marcador Nestar.

Previamente a dar este salto a federados, estos veinteañeros se dedicaban a jugar partidos contra los equipos de la zona, generalmente en las fiestas patronales, tanto por Campoo como por los pueblos del norte de Palencia, hasta que un día se lo plantearon en serio, aunque luego en la práctica ese compromiso se diluyó.

"Nos gustaba jugar al fútbol y divertirnos, pero tampoco nos cortábamos para salir de fiesta y eso luego se notaba", confiesa Tinín Pozo, que jugaba de portero en el equipo hasta que fichó por el Torina de Bárcena.

Como narra la crónica del 7 de octubre de 1971 de Manolo Villa, el Matamorosa C.F. comenzó la liga arrasando con cinco victorias en sus primeros partidos. Una sorpresa que no fue ajena a los rotativos regionales al apuntar que "algo tendrá el Matamorosa cuando ha ganado todos los partidos y no ha encajado ningún gol", pero esa frase alentadora les hizo pecar de confianza y cayeron en el sexto partido por 1-4 contra el Cartes, ante el numeroso público que aquel día acudió a Las Eras de Matamorosa. La noche de fiesta que se pegaron la noche anterior en La Parrilla de Aguilar hasta altas horas de la madrugada no fue la mejor receta previa al partido, pero ellos no estaban en el fútbol para ganarse la vida, sino para disfrutar de los partidos sin renunciar a su ocio.

Penalti y disolución

En aquella época no había subvenciones y se costeaban ellos los desplazamientos y equipajes, que eran de color rojo y blanco. Los socios y jugadores ponían ‘20 duros' de cuota y en varias ocasiones ofrecían su coche para ir a jugar fuera y permitir que el club continuase adelante.

Daban la cara en todos los partidos, jugaban con un 1-3-2-5, les gustaba ir al ataque y no se amilanaban contra sus rivales, hasta que unos años después, en el último partido en el que ganaban en casa del Unquera por 0-1, el árbitro pitó en contra de los de Matamorosa un penalti "inexistente", recuerda y asegura Nestar, que truncó la carrera del equipo campurriano.

El colegiado -de infausto recuerdo para el extremo del Matamorosa C.F.- señaló la pena máxima y se desató una batalla campal; invasión de campo, trifulca a varias bandas y "más grises en las gradas que aficionados", recuerda.

El penalti no se llegó a tirar porque el partido se suspendió. No se llevaron a nadie arrestado pero lo que si secuestraron fue su capacidad para jugar la temporada siguiente, con sanciones entre los cuatro partidos (para Andrés Nestar) hasta los 20 o 25 para otros jugadores, que permiten hacerse a la idea de lo que ocurrió en el campo.

Con un equipo en cuadro en el que todos los jugadores fueron sancionados para la campaña siguiente, pocos medios económicos para seguir compitiendo y un campo en Las Eras que para nada era un jardín, el Matamorosa C.F. desapareció.

"Una etapa muy bonita a la que ya podíamos volver", comentan con nostalgia. Para Tinín Pozo "la mayor ilusión fue al inicio, cuando éramos el Villa", y les permitió salir del pueblo para enfrentarse sin complejos y con afán de ganar a los equipos de toda Cantabria, demostrando que podían vencer a sus rivales aunque no tuviesen recursos.

"Nosotros nos lo comíamos y nosotros nos los guisábamos", las funciones técnicas correspondían principalmente a Carmelo, Tinín Pozo o Lupi, que eran quienes decidían habitualmente las alineaciones y tanto Pozo como Andrés Nestar coinciden en que el alma del equipo eran Carmelo y ‘Zarra', que también fue ciclista.

Un partido pendiente

Ahora, 44 años después y a iniciativa de Andrés Nestar, se van a volver a juntar. Antes de pegarse un homenaje el día de las fiestas de su pueblo jugarán una ‘pachanga' en el polideportivo de Matamorosa a las 12 del mediodía de este sábado. El ritmo, en todos los sentidos, será menor y se verá si el que tuvo toque lo conserva. Una celebración entre amigos, parejas y familiares para disfrutar de recuerdos, anécdotas y reprochar algún gol fallado que tendrá en este encuentro el partido de vuelta pendiente que no se terminó en Unquera.