Hace veintinco años, Requejo, localidad de Campoo de Enmedio amanecía cada día con el rumor de las obras y el ir y venir de los operarios. Aquel año, los vecinos vivieron dos actuaciones destacadas que marcaron el desarrollo y la conservación de su patrimonio local.
La iglesia parroquial de San Pedro, de principios del siglo XVII, fue uno de los primeros escenarios de esta transformación. Lo que comenzó como una obra de reparación, financiada entre la Iglesia y la Consejería de Cultura con 5,1 millones de pesetas, pronto reveló una realidad más compleja: el paso del tiempo y la entrada constante de agua habían debilitado la estructura de la cubierta.
Al ser retirada la vieja teja por la empresa reinosana ARCO- TRES, se descubrió el destrozo ocasionado por el agua al filtrarse pudriendo la ripia, cabrios y vigas. Parte del tejado se había levantado sin que nadie lo advirtiera del todo. Al descubrirlo, arquitectos y técnicos tuvieron que replantear los trabajos, ampliando la intervención para asegurar la estabilidad del templo que, desde siempre, ha presidido la vida del pueblo.
Seguidamente advirtieron que la grieta existente en una de las bóvedas no era de masa al resecarse con el paso del tiempo como la mayoría de vecinos creían. La grieta se formó según los responsables de la empresa adjudicataria de las obras al ceder por la humedad el "caballo" o viga que soporta el entramado de las otras vigas y cabrios.
Las obras consistieron en el levantamiento total de la cubierta con la reposiciòn de vigas y cabrios. Seguidamente se colocó tablero hidrófugo y una malla metálica para ayudar a la sujección de la teja. Antes de pasar a la reforma del interior también se reparó el techo de cúpula, construida un siglo más tarde que la iglesia al ser reformado el ábside. El presupuesto final de la obra alcanzó la cifra de 6,7 millones de pesetas, según siempre declaraciones del requejano Cecilio Gómez, el que fuera párroco de Requejo, Aldueso y Reinosa.
Apenas a unos metros, y casi en paralelo, la Plaza Mayor iniciaba su propia metamorfosis. En el año 2000 comenzaron las obras de reforma, un proyecto ambicioso respaldado por 29,5 millones de pesetas, aportados por el Ministerio de Administraciones Públicas y la Consejería de Economía. Aquella remodelación prometía devolverle al espacio central del pueblo la vitalidad y el orden que el tiempo había ido desgastando.
El proyecto englobó la construcción de una calzada de cuatro metros de anchura para mejorar el acceso a la iglesia y al cementerio, con la plantación de arbolado en ambos lados del vial. Los aledaños del cementerio ya habían sido pavimentados para favorecer el aparcamiento con la creaciòn, además de una pequeña explanada que facilite el giro de los vehículos.
En los terrenos adyacentes a las antiguas escuelas se creò una zona de ocio, construyendo una bolera, arropada por una zona verde y separada por un murete de piedara de la zona de ocio dedicada a los más pequeños. Además se instalaron varios puntos de luz y, se construyó una fuente con diseño rústico.
