La directora general de Cooperación, Silvia Abascal, ha reafirmado el compromiso del Gobierno de Cantabria con el programa 'Vacaciones en paz' y ha recordado a los niños y niñas saharauis que este año no han podido venir a Cantabria como consecuencia de la pandemia de la COVID-19.
Este año, ha explicado, a causa de la situación sanitaria actual, muchos niños y niñas saharauis no han podido venir a hogares de Cantabria para disfrutar de un 'Verano en paz', viéndose obligados a permanecer en sus campamentos.
Silvia Abascal, que ha participado en la concentración convocada en la Plaza Porticada de Santander por la ONG Cantabria por el Sahara para recordar a estos niños y niñas, ha señalado que la Dirección General de Cooperación, con la colaboración del Fondo Cantabria Coopera, ha mantenido la cuantía de este proyecto.
Dado que no se pueden destinar al programa 'Verano en paz', ha indicado que respondiendo al llamamiento de la Media Luna Roja esta cuantía se ha transformado en ayuda de emergencia alimentaria, destinándola a la compra de arroz, lentejas, leche en polvo y cacao por un importe total de 52.000 euros.
La directora general de Cooperación también se ha referido a la contribución de su departamento al proyecto Bubisher con la compra de 50 libros. Este proyecto, ha comentado, se puso en marcha en 2008 y consiste en una red de bibliotecas y bibliobuses dirigida a la población de refugiados saharauis situados en los alrededores de Tinduf (Argelia), que es la parte más inhóspita del desierto del Sahara, para así fomentar la lectura entre los más pequeños.
Durante la concentración de la Plaza Porticada se leyeron fragmentos de uno de estos libros, titulado 'Historias de nuestro viaje, nómadas de acogida', que recoge sinceros testimonios de los niños y niñas saharauis que han participado los años anteriores en el programa de un 'Verano en paz'.
El programa 'Vacaciones en paz', puesto en marcha a mediados de los años ochenta, permite que niños y niñas saharauis de entre 10 y 12 años de los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) sean acogidos temporalmente por familias cántabras durante los dos meses de verano
Entre los objetivos de este programa se incluye hacer posible que la población infantil saharaui pueda salir de las duras condiciones en las que viven y alejarles de las altas temperaturas del desierto argelino, que en verano pueden alcanzar los 50 grados; realizar reconocimientos médicos y tratamientos especiales imposibles de llevar a cabo en los campamentos; proporcionar un equilibrio alimenticio que les permita recuperar los niveles de nutrientes; y desarrollar un intercambio sociocultural que beneficia a la familia acogedora y a su entorno más cercano.