Conrado López Ibáñez, natural de Bercedo (Valdeolea) y residente desde 1954 en Matamorosa, cumplió esta semana, el pasado miércoles, 103 años.
A los dos años de su nacimiento la familia se trasladó a Reocín de los Molinos (Valdeprado) dónde vivió con sus padres, Dalmacio y Esperanza y sus seis hermanos. Conrado pasó dos años en la cárcel de dónde salió al ser reconocido por un amigo cura.
Este jubilado de la antigua Naval de Reinosa, repite en muchas ocasiones lo mucho que ha trabajado, lo buena que era su esposa y, ahora, como le miman y cuidan sus tres hijas, de las que se siente orgulloso. Conrado es primo de Trinidad López, la centenaria de Valdeolea, que el día 1 de diciembre cumplió 101 años.