El dúo, compuesto por Irene Atienza y Yoel Molina, ofrecerá este sábado una fusión de folclore montañés y música electrónica
Las entradas online se agotaron la semana pasada, aunque habrá una disponibilidad muy limitada en taquilla el día del evento
El Festival Torre de Villaescusa llega a su fin este sábado, 26 de julio, con el concierto de clausura a cargo del dúo Casapalma. Esta primera edición del festival cierra con una cita de carácter más festivo, tras haber ofrecido al público tres semanas de conciertos que han abarcado desde el virtuosismo del violín hasta la música de cámara y el Renacimiento, todo ello en el singular escenario de la Torre de Villaescusa.
Para esta clausura, el Festival apuesta por una propuesta innovadora que mira tanto al pasado como al futuro: el folclore cántabro renovado de Casapalma. El dúo, formado por la voz de Irene Atienza y la guitarra de Yoel Molina, ha sabido recuperar la canción montañesa con una soltura increíble, mezclando tradición y electrónica para crear un sonido fresco y contemporáneo.
Este concierto festivo, que pondrá el punto final a la primera edición del Festival, comenzará a las 19.00 horas con la apertura de puertas, seguida de una charla informal con los artistas a las 19.30 horas. Al finalizar, los asistentes podrán disfrutar de un vino español y un aperitivo, cerrando la velada en un ambiente de celebración y encuentro con los músicos.
Como explica el pianista José Imhof, promotor del Festival, "el concierto de Casapalma será un fin de fiesta perfecto para celebrar con el público el éxito de esta primera edición y, sobre todo, para agradecerle su generosidad".
El Festival, concebido como una experiencia completa que combina música, patrimonio y encuentro, ha demostrado que la descentralización de la cultura es posible y necesaria. La Torre de Villaescusa, una edificación del siglo XVII, ha servido como un escenario único, donde la belleza arquitectónica y la acústica de sus pajares rehabilitados han cautivado a artistas y público por igual.
Con este concierto de clausura, el Festival Torre de Villaescusa se despide hasta el próximo año, dejando una huella imborrable en el panorama cultural de Cantabria y consolidándose como un referente en la valorización del medio rural a través del arte.