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Deportes | Reinosa

El ciclismo, un vínculo intergeneracional

El pasado 24 de mayo tanto José María García como su hijo Jairo se convirtieron en campeones de España de ultrafondo en sus respectivas categorías

Era domingo 17 de febrero de 1952 cuando nació en Boleña el ciclista José María García Sainz. Ese mismo número, 17, fueron los años que vivió en Pumalverde, desde donde emigró a Alemania para trabajar. Pero cuatro años más tarde retornó a Cantabria porque tenía que personarse para hacer el Servicio Militar Obligatorio. Antes de terminarlo, en los setenta, cerraron las fronteras y conoció a su actual esposa la campurriana María del Mar Fernández. Fue en Reinosa donde formaron su familia y fundaron el establecimiento Los Tilos. En 1987 comenzó a montar en bicicleta y a destacar en las Carreras de Aficionados. Por esta circunstancia se animó a inscribirse, acompañado de su hermano Jorge García, en la categoría Amateur con la Peña Ciclista Campurriana y con el Club Ciclista Campurriano.

Entretanto, durante su infancia Jairo García estaba presente mientras su padre se encantaba de la bicicleta. "En mi casa hemos vivido el ciclismo de cerca", señala Jairo. Por esta referencia comenzó con 7 años -1982- a asistir a campeonatos con el Club Ciclista Campurriano. "En este conjunto mi padre entrenaba a más de 40 chavales", recuerda. Además, fue el Presidente desde 1984 hasta 1986. En ese momento, García Sainz se codeaba con nombres conocidos del ciclismo nacional como Pedro Díaz Zabala. "Pero era  demasiado tarde para competir como Profesional, era mayor", menciona. Entonces, se centró en entrenar y acompañar a su hijo en los campeonatos. "Competí en cadete en el equipo New Ferri con campurrianos como Alfredo Ruiz", aclara. Este salto de categoría es un acontecimiento bastante relevante para un ciclista: en infantil corren 2 km en un circuito cerrado, y en la siguiente categoría 50km en carretera. "En mi caso tuve una transición buenísima porque descubrí que me encantaban las carreras de distancias largas", declara. La primera etapa de su trayectoria terminó en Élite y Sub 23. Ambas generaciones de ciclistas de la familia García habían tenido una trayectoria destacable pero nunca habían ganado un Campeonato de España.

Entonces, a los 20 años, Jairo García tomó conciencia de las horas que su padre había invertido en su formación deportiva. "Entre semana íbamos a Palombera, o donde fuera necesario, a entrenar", rememora, "mi padre se subía con el coche para alumbrarnos durante las sesiones". Pero no solo entrenaba a su hijo. El actual ciclista de ultrafondo sacó el título de Entrenador Nacional de Ciclismo y fue Director de Juveniles del New Ferrari en 1988 y 1989, así como Seleccionador Cántabro de Juveniles en 1990. "Además, entrenó de manera extraoficial a ciclistas de la talla de Francisco Ventoso", esclarece Jairo.

No obstante, Jairo Saiz necesitaba más, le encantaba acompañar a su padre a los campenatos de otros ciclistas, pero echaba de menos las competiciones. En ese momento, conoció las carreras Máster, para corredores de 30 a 70 años. "En la primera temporada sólo me inscribí en cinco, pero en el tercer año que fiché con el equipo INELECMA, 'Unidos por un reto' en la actualidad, aumenté el ritmo", resalta. Entrenaba dos o tres horas diarias. "Pero a mí me seguía llamando la atención las sesiones largas", memora. Por eso, comenzó a hacer bicicleta de montaña en la Prueba de los 10.000 del Soplao. "He llegado a alcanzar el puesto número 8 en 7 horas y 20 minutos en el 2014", señala. Sin embargo un año antes, en el 2013, ya había terminado segundo en las 24 Horas BTT de Mataporquera. Dos años más tarde consiguió acabar primero. Nunca antes había entrenado una temporada entera enfocando cada sesión en carreras de montaña de larga distancia.

Con todo, en el 2018 la Federación Española de Ciclismo creó la Copa España. Esta estaba formada por tres campeonatos: las 12 H Trackman Cycling, un crono individual de 300 km y la 24 horas Cyclo Circuit en Chester, Valencia. "Realmente mi fin era terminar la tercera competición", apunta, "pero a las 2 de la mañana tuve que parar, me estaba mareando". Finalmente, acabó en el 10º puesto en la clasificación general en la carrera y 4º en la de la Copa.

José María, sin embargo, se animó a correr en montaña al acompañar a su hijo al campeonato anteriormente mencionado. En cuanto terminó la tercera Copa de España le comunicó a Jairo que en el 2019 entrenaría con él. Actualmente, ambos corren en las mismas carreras. García Sainz se inició en Máster 50 en el 2012 en la Prueba de los 10.000 del Soplao donde corrió en equipo con Francisco Ventoso, Juan Torres y su hijo. Finalizó la carrera en el 11º en la general y en el 1º de su categoría. Él también está en Unidos por un Reto. Ese mismo año ganó el Campeonato Regional. Prueba a nivel de Cantabria que su hijo finalizó primero el año pasado en la categoría Máster 40.

Pero, como he señalado con anterioridad, nunca antes ninguno de los dos había conseguido un Campeonato de España, hasta el 24 de mayo cuando ambos se convirtieron en los mejores ciclistas nacionales de ultrafondo en las 12 H Trackman Cycling en el Desierto de Tabernas en Almería. "Salimos juntos a las 8.30 de la mañana auxiliados por mi madre y mi mujer, Ana Ramos", ensalza. Ellas les mantuvieron informados sobre las características de sus contrincantes, circunstancia necesaria para establecer una estrategia. "No debía parar en boxes a comer, sabía que mi principal rival no lo haría", manifiesta, "mi padre, no obstante, podía hacerlo". Esto era consecuencia de los entrenamientos que habían desarrollado juntos. "El sigue mi ritmo, mayor que el de los ciclistas de su edad", apunta Jairo.

En un primer momento, ambos corrieron en el mismo grupo, pero la principal cuestión no era esa, era sus condiciones físicas: Jairo tenía muchas ganas de orinar pero no podía. Aunque esto no fue un impedimento y, cuando llegó a la meta, se enteró que tanto el de 42 años, como su padre de 67, se habían convertido por primera vez en su trayectoria deportiva en campeones de España. "Ahora mismo tengo un vínculo muy fuerte con mi padre gracias al ciclismo", determina, "somos amigos".