Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.
Puede obtener más información, en nuestra Política de Cookies.

Opinión

La CHE y los vecinos de Reinosa no se ponen de acuerdo

Fotos: Vive Campoo / CHE.

Las respuestas técnicas de la Confederación no satisfacen a los ciudadanos, que solicitaron insistentemente la reducción de la altura de los gaviones

La reunión estaba anunciada desde hacía un par de semanas y los vecinos de Reinosa, sobre todo los de la Avenida de la Naval, tenían ganas de escuchar de primera mano en qué consistía la obra que está ejecutando la Confederación Hidrográfica del Ebro en la margen izquierda del Híjar desde hace tres meses.

"La obra responde al objetivo prioritario de minimizar el riesgo de avenida a su paso por los términos municipales de Reinosa, Hermandad de Campoo de Suso y Campoo de Enmedio", así como también pretende "aumentar el potencial ecológico del río y potenciar su valor como bien paisajístico", sintetizaron desde la CHE.

La actuación está presupuestada en algo más de dos millones de euros (2.022.000 euros), dividida en ocho tramos y "con un alcance mucho mayor" que la actuación sobre la Avenida de la Naval, pero los asistentes a la reunión habían ido principalmente en búsqueda de una respuesta satisfactoria y saber si se iba a reducir la cota de coronación de los gaviones, a lo largo de los 594 metros en los que están edificadas las casas de este barrio con vistas directas sobre el Híjar.

Bajo el título ‘Proyecto Parque Fluvial de los ríos Híjar y Ebro, acondicionamiento ambiental y paisajístico. Fase I', se presentaron a las 12 del mediodía en el salón de plenos del Ayuntamiento de Reinosa, a petición del alcalde, varios técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, encabezados por el Jefe de Área de Gestión y Dirección de Obras, el campurriano Lorenzo Polanco, para mantener una reunión y dejar claro que era de "carácter informativo exclusivamente", pero cuyo resultado tres horas después de su inicio no fue del agrado del público, al no ver satisfechas sus expectativas.

La Confederación acudió al encuentro con los deberes perfectamente hechos; estableciendo una cronología desde el inicio del proyecto en 2006 hasta la actualidad; cómo surge la idea, condiciones y sujetos del convenio, modificaciones y alegaciones al proyecto, su posterior cancelación, cómo se retoma, firmas de las administraciones implicadas (cada uno su responsabilidad), quienes ejecutan la obra, qué se está haciendo y por qué. Con todo lujo de detalles y datos objetivos sobre los aspectos técnicos debidamente argumentados a través de diferentes estudios del cauce, con mediciones precisas de cotas, una avanzada cartografía y un sinfín de cálculos matemáticos.

Pero a los vecinos la reunión se les hacía cada vez más larga y densa porque querían formular una demanda muy concreta: disminuir la altura de los gaviones. A lo mejor los ciudadanos esperaban otro tipo de interlocutor, una muestra de voluntad además de la explicación técnica. No solamente que se les explicase exhaustivamente cómo se ejecuta la obra y sus motivos (contenido que sí quisieron conocer para entender la necesidad de la obra y no solo junto a las viviendas), sino saber si la Confederación iba a acceder a alguna de sus peticiones.

Después de la explicación del proyecto, que fueron agilizando en vista al ánimo de los asistentes, entre otros motivos porque las 12 del mediodía no era la mejor hora para su celebración, se estableció un turno de preguntas en el que además de no recibir una respuesta concreta sobre si se va rebajar la altura de los gaviones, se cuestionó por qué no se ha actuado en la margen derecha (en el lado del Polígono de La Vega) en lugar de en la zona de las viviendas. El director de la obra, sin entrar mucho en materia, recordó que allí se han ido depositando escorias de La Naval entre los años 70 y 80, calificados como "residuos peligrosos", y aunque ahora "están dormidos", desaconsejó su manipulación, de momento, por motivos de seguridad y también por el elevado coste ecómico. En este sentido, el público asumió la situación.

Sin embargo, la eliminación de la pista polideportiva y los columpios encendió el ánimo de algunos vecinos, y sobre todo por los muros de piedra. En este punto se discutió sobre si era excesiva o no la altura de la cota de coronación de los gaviones a 847 metros sobre el nivel del mar (según su estudio, Reinosa está 846, lo cual representa el aumento de un metro sobre la superficie de la ciudad en ese tramo). Los vecinos opinaron al unísono que sí, que era desproporcionado y que se les podían haber consultado antes, mientras que la CHE se remitió a sus datos y afirmó que, a excepción de un bloque, se trata de tan solo un metro de aumento.

Para argumentar el sentido de su construcción y defender el levantamiento de esta pared de piedra, desde la CHE mostraron un estudio siguiendo un modelo bidimensional con el que analizaron los posibles riesgos por inundación en años venideros. Si bien afirmaron que durante los tres próximos años no se prevé un riesgo de desbordamiento, alertaron que "sí hay un riesgo importante para una frecuencia de 10 años y con esta propuesta puede llegar a solucionarse para los próximos 500 años". Haciendo uso de sus cifras, llegaron a la conclusión de que la cota de 847 metros garantizaría la prevención de inundaciones para todo ese periodo. Un dato que, al margen de lo que obligue la legislación, provocó un sentimiento desconcertante entre los vecinos, ya que a muchos les pareció excesivo y volvieron a reivindicar su disminución.

Esta situación dio pie a que algunos de ellos opinaran que el problema en estas viviendas no se produce por inundaciones, sino por filtraciones, y preguntaron a los técnicos si iban a tomar alguna medida para evitar este problema, pero la respuesta fue que el proyecto actual no está encaminado a corregir ese problema, sino a la seguridad y prevención de inundaciones, y se pasó página.

Al término de la reunión las posturas eran enfrentadas, y como hablando, con algunas interrupciones mutuas y en ocasiones con comentarios desafortunados, no se llegó a un consenso, desde la CHE trasladaron a los asistentes la posibilidad de presentar opiniones por escrito en relación al proyecto, en especial, al tramo localizado frente a las casas de la Avenida de La Naval, para ser posteriormente estudiadas.

Postura de la Alcaldía

Por su parte, Barrio que moderó el encuentro, confió "plenamente en la profesionalidad de los técnicos" encargados del proyecto y deseó que esta actuación solucione los problemas que se puedan ocasionar en un futuro por las inundaciones, "la seguridad es lo primero", subrayó.

Aun así, reiteró que, si bien comparte la solución técnica, no le agrada "la estética" de la obra. "Debo decir que es una primera impresión y las obras hay que valorarlas cuando estén finalizadas", matizó.

En vista a la respuesta de los vecinos, el alcalde de Reinosa fue más allá y avanzó que desde el Consistorio elaborarán "una petición en firme" para que "en la medida de los posible rebajen la de coronación de los gaviones", pero "siempre y cuando esta medida no vaya en menoscabo de las medidas de seguridad".

Preguntado por el resultado de este encuentro, el regidor campurriano opinó que ha servido para "tratar de aproximar la administración al administrado" y para "trasladar las inquietudes y opiniones diversas" de los vecinos a los responsables de la obra. Además de "evitar la demagogia y la desinformación generada y poder oír de primera mano las opiniones del director de la obra", con quien aseguró mantener una "relación fluida".

Por último, Barrio agradeció a los representes de las diferentes administraciones su asistencia (los técnicos de la CHE y Miguel Ángel Palacio como director de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria) para que se prestasen a informar a la ciudadanía sobre esta obra. No obstante, el contenido informativo no fue bien recibido por parte de los vecinos, ya que se esperaban unas respuestas más concluyente así sus planteamiento, básicamente, si se va a rebajar la altura de los gaviones, si se va a recuperar la pista polideportivo y los columpios o si se se va a solucionar el problema de las filtraciones en lugar del producido por las inundaciones. Vecinos que en opinión del alcalde se pronunciaron en un "tono firme" en sus reivindicaciones y planteamientos.

"Espero y deseo que cuando esté finalizada la obra sea de la satisfacción de todos los vecinos de los barrios ribereños y que acabe siendo un lugar de esparcimiento y de ocio para beneficio de los ciudadanos, que ahora sufren las obras", concluyó.

Dos millones en ocho sectores para garantizar la seguridad

La Confederación Hidrográfica del Cantábrico explicó que el proyecto en ejecución, presupuestado en 2.22.000 euros, se desarrolla en ocho sectores, desde la zona de antiguos meandros en Campoo de Suso, hasta el final de la urbanización en la margen izquierda del Híjar y la confluencia con el río Ebro.

Los trabajos incluyen recuperar zonas de meandros y vegetación de ribera, retranquear motas y reperfilar orillas, crear una senda peatonal hasta la confluencia de ambos ríos, retirar sedimentos industriales, nuevas plantaciones de ribera de especies de ribera y revegetación de zonas afectadas. También se creará una nueva mota entre las plantas de aglomerados y machaqueo y el cauce del río.

Por último, los técnicos de la CHE reiteraron en la reunión que el objetivo de este proyecto es minimizar el riesgo de avenidas y aumentar el valor ecológico del río mediante actuaciones dirigidas a aumentar la sección de desagüe del río, mejorar las infraestructuras de defensa y el estado del río y de los ecosistemas asociados.