Los carrocistas que estos últimos meses pueblan el Ferial de Reinosa, por desgracia cada día menos, disfrutaron hace unos días de una cena de hermandad después de un día de varillas, saco y yeso. Una gran parrillada sirvió para unir en la mesa a los pocos veteranos que aun trabajan en la elaboración de la carrozas de San Mateo, con los jóvenes, no muchos más, que aprenden y disfrutan con este proceso creativo. Además de la carne, el calimocho y la buena compañía, no faltaron las risas y las anécdotas