En el centro de Reinosa todavía hay una irreductible calzada que conserva la esencia de su viejo asfalto. El Quintanal ha burlado durante años la atención de las autoridades locales, que han decidido concentrar su acción en otros viales, y el único 'daño' que la han podido infligir ha sido una colección de cicatrices de lo más variopintas.
Franjas, cuadrículas, parches; un popurrí de materiales que la confieren un aspecto heterogéneo que hace las delicias de las ITV y los talleres, pero que provoca un sentimiento opuesto para las suspensiones y las direcciones de los muchos vehículos que la transitan a diario.
Desconocemos la vida que le quedará a este maltrecho tramo de 100 metros de longitud lleno de retales, pero, sinceramente, esperamos que hagan una actuación definitiva y quede un firme uniforme de una vez.
