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Deporte | Reinosa

Campurrianos olímpicos

Campurrianos olímpicos

Fotos cedidas por A.Ruiz y cogelabici.wordpress.com

Recuperamos, a modo de efeméride, un reportaje realizado el mes previo a los pasados JJ. OO. de Londres, en el que los deportistas de Campoo nos ofrecieron sus opiniones de lo que supone acudir a una olimpiada

Hoy comienza en la ciudad rusa de Sochi la XXII edición de los Juegos Olímpicos de Invierno. El evento multidisciplinar más importante del mundo relacionado con los deportes de invierno, que se celebra cada cuatro años. Ante tan magna cita, los campurrianos podemos presumir de contar con dos deportistas olímpicos de los veinte que integran el equipo español.

En total, contando a Laro Herrero que afronta sus primeros Juegos, la comarca de Campoo ha aportado seis deportistas a la historia del olimpismo, entre juegos de Invierno y de Verano: Juan Jesús Gutiérrez Cuevas, Belén Cuevas, José Antonio Fernández Horna, Fran Ventoso y Javier Gutiérrez Cuevas han tenido el privilegio de formar parte del equipo olímpico y han alcanzado la cima deportiva.

Coinciden en que ser olímpico es la consecución de un sueño. Ellos han materializado ese 'sueño olímpico' con el que muchos fantasean, y cada uno lo ha vivido a su manera y en sus diferentes modalidades: Juegos de Verano, Juegos de Invierno y Juegos Paralímpicos. Una pequeña contribución a la historia del deporte, que también lleva la impronta campurriana, y en la que confiamos que siga aumentando gracias a estos deportistas y todos los que estén por llegar.

 

El despertar del olimpismo español. Barcelona '92.

El 25 de julio de 1992 el jugador de baloncesto José Antonio San Epifanio ‘Epi' encendió con la antorcha olímpica la flecha que el arquero paralímpico Antonio Rebollo lanzó al pebetero del estadio barcelonés de Montjuic. Ese breve y mágico instante condesaba las ilusiones y esperanzas de un país que se había volcado de lleno con el deporte. El flechazo fue un acierto pleno, y no sólo a nivel estético; encendió el pebetero y, a su vez, iluminó el camino de los deportistas con un éxito sin precedentes. Se obtuvieron 22 medallas, trece de oro, siete de plata y dos de bronce. Una sinergia deportiva nunca antes vivida en la historia del deporte español.

Los mimbres se habían puesto cuatro años antes en Seúl. Iniciativas como el ‘Plan ADO' supusieron una inyección económica que permitió a los deportistas recibir un sueldo por hacer su trabajo. Incluso a aquellos que practicaban deportes que no generaban apenas ingresos. Es decir, la mayoría salvo el fútbol, baloncesto o tenis, entre otros. Con la concesión de estas becas los deportistas podían tener dedicación exclusiva, recibían la formación de entrenadores de prestigio y gozaban de mejores infraestructuras para entrenarse en condiciones óptimas. Un matiz, la mayoría del montante provenía de empresas privadas que a cambio de su financiación recibían como retribución una excelente promoción de sus marcas. Hasta la fecha, España no ha vuelto a ganar tantas medallas en unos Juegos Olímpicos, y fue en este año cuando nuestros deportistas campurrianos dieron el salto de calidad necesario para pasar a formar parte de la historia del olimpismo. En sus respectivos casos hay situaciones muy diferentes. Comparten el afán de superación pero no han recibido el mismo apoyo unos que otros.

Los comienzos.

La representación campurriana en los Juegos Olímpicos de Verano comienza con la ciclista Belén Cuevas. Participa en su primer Campeonato del Mundo en Chambéry, Francia, en 1989. Al año siguiente obtuvo la medalla de plata en el Campeonato de España y participó como integrante de la selección española de ciclismo femenino en el Campeonato del Mundo celebrado en Japón. Logró el decimoctavo puesto en la prueba de carretera e hizo sexta en la contrarreloj por equipos. Su proyección posibilita que se gane un puesto en el equipo nacional para los Juegos Olímpicos de Barcelona. Pero sus buenos resultados deportivos no gozan del reconocimiento de la Federación Española de Ciclismo, ni de la comprensión del entrenador. Entre otras decisiones, la dan de baja por una lesión que sufrió. Estas desavenencias truncan su prometedora trayectoria olímpica.

El cántabro más olímpico.

Juan Jesús Gutiérrez Cuevas cuenta en su haber con el logro de ser uno de los dos deportistas cántabros -el otro es el jugador de waterpolo Salvador Gómez- que más veces han participado en unos Juegos Olímpicos, con 5 ocasiones. Y sólo superado, a nivel nacional, por los que forman parte del selecto club de las seis participaciones: el waterpolista Manuel Estiarte, el jinete Luis Álvarez Cervera o el regatista José Luis Doreste, entre otros.

Su trayectoria profesional al más alto nivel abarca desde los 21 hasta los 35 años. Tres lustros en los que siempre estuvo entre los diez mejores esquiadores de maratón del mundo. En 1988 hizo la mejor marca de los españoles para participar en los Juegos de Calgary, Canadá, pero el entrenador decidió no llevarlo por su juventud. Este golpe hizo que ‘Juanji' abandonase temporalmente el esquí para dedicarse al ciclismo, pero un accidente mortal de su padre mientras andaba en bicicleta por carretera, le hizo replantarse su situación y volvió a coger los esquís dos años después. Vuelve en los mundiales de 1991 y no pudo ganar el bronce por muy poco, lo achaca a la falta de preparación por haber dejado aparcado el esquí dos años. Pero al año siguiente se la cobra, y es seleccionado para participar en los Juegos Olímpicos de Albertville, Francia. 

Con este acontecimiento abre el camino de los deportistas campurrianos en unas olimpiadas. Tan sólo unos meses antes de la cita en Barcelona. Desde entonces ha participado ininterrumpidamente en todas las ediciones hasta su retirada: Lillehammer'94, Noruega; Nagano'98, Japón, Salt Lake City '02, Estados Unidos; y por último, Turín 2006, Italia. Asimismo, ha participado en nueve campeonatos del mundo.

En 1998 tuvo el honor de ser el abanderado español en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Nagano, papel que repitió en Turín. Su dilatada trayectoria contiene éxitos como son las tres victorias en la ‘Marcialonga', una prestigiosa prueba italiana de larga distancia, también un tercer puesto en la ‘Transjurassienne' de la Copa del Mundo en Francia; Diploma del Mundo; o sendos sextos puestos en el mundial de ‘Thunder Bay', Canadá, en 1995 y en Holmenkollen, Noruega.

Triunfos en varias carreras internacionales de gran fondo y más de 20 medallas de oro en Campeonatos de España, completan el palmarés de un deportista que se ha fraguado una carrera a 30 grados bajo cero, corriendo más de 11.000 kilómetros al año y que, por méritos propios, se ha convertido en el mejor esquiador de fondo español de todos los tiempos.

Recepciones reales, insignias y homenajes, la medalla al mérito Deportivo entregada por el entonces presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, o un polideportivo dedicado a su nombre en su pueblo son algunos de los reconocimientos públicos que se le brindaron. Eran días de vino y rosas.

Pero desde su retirada esa proyección pública ha cambiado. De vivir "momentos inexplicables" como abanderado representando a un país, a no recibir "ninguna explicación" por su destitución en la estación de Alto de Campoo.
A día de hoy, Juan Jesús Gutiérrez Cuevas dice "vivir del recuerdo". Lejos quedan las "palmadas en la espalda" y "muchos de los que salían en las fotos ahora no están". Después de su retirada entrar a trabajar en Cantur como director deportivo de la estación invernal pero a los pocos meses es despedido, lo achaca a "causas políticas".Considera que cada uno tiene que dedicarse a lo que sabe hacer y que los políticos tienen que dejar en manos de los profesionales las cuestiones técnicas. "Si esperan que yo haga política lo llevan claro, yo soy un deportista", sentencia. 

Amigos, gente relacionada con el mundo del deporte y políticos no se libran de sus dardos, "me han decepcionado mucho", lamenta. "¿Cómo es posible que a una persona que se le ha dado todo, y que ha respondido logrando grandes cosas para su pueblo y su país, del día a la mañana, no tenga nada de aquello?", se plantea cono tono de pregunta retórica.

A pesas de esos duros momentos, ‘JJ' se encuentra bien. Después de dejar la élite, logra la medalla en veteranos y se inicia, también con victoria, en el ‘skiyoring', una modalidad de carrera con trineo de perros. En 2010, año olímpico, vuelve a la Federación Española para trabajar como técnico, pero por un breve periodo.

Ahora, está a gusto en casa con su familia, a veces entrena con su hermano Javier y le corrige alguna cuestión técnica. Reconciliado consigo mismo, hace balance y subraya que "ser olímpico es a lo máximo que aspira un deportista, y más si lo puedes repetir". Al margen de esta situación, considera que ha aprendido muchas cosas después de una vida dedicada al deporte, "te hace madurar, aporta unos valores más humanos, un respeto y una educación", concluye.

Todavía más afán de superación. Paralímpicos.

Al finalizar los Juegos Olímpicos de Verano de Barcelona, pocos días más tarde, comenzaron los Juegos Paralímpicos. José Antonio Fernández Horna fue nuestro representante y además tuvo el privilegio de portar la antorcha olímpica a su paso por Cantabria.

Sufrió un accidente de coche y en 1985 comienza su andadura deportiva participando en una carrera en Reinosa. Le gustó la experiencia y al poco tiempo un equipo de Granollers lo fichó. Su progresión era imparable, pasó de hacer un tiempo de tres horas en la prueba de maratón de atletismo en silla de ruedas, a lograr la mínima de 1 hora y 47 minutos, que le permitió ganarse un puesto en la cita de Barcelona. Participó en las carreras de medio fondo y maratón y alcanzó las semifinales en los 10.000 metros finalizando undécimo. A lo largo de sus 15 años como deportista consiguió más de 60 medallas. Entre otros logros, dos oros en los campeonatos de España de 1992; semifinalista en los Campeonatos del Mundo en Alemania; o campeón de España en los 10.000 metros dos años consecutivos, entre 1994 y 1995. Y además, sin competir en las disciplinas que mejor se adaptaban a sus características físicas. "Al cabo de un tiempo hubo entrenadores que me recomendaron que hiciera distancias cortas, pero yo hacía lo que me gustaba, no tenía a nadie que me asesorase y hacía aquellas en las que me sentía más cómodo".

A pesar de su palmarés, José Antonio Fernández Horna nunca ha podido dedicarse al deporte a tiempo completo. Lo compaginaba con su trabajo en la Once y había fines de semana que recorría hasta 2.000 kilómetros en coche para participar en las competiciones. Los éxitos deportivos no se traducían en premios económicos, y él y sus compañeros de equipo se repartían el dinero, indiferentemente de quien de ellos ganase. Barcelona supuso la culminación de un sueño, "te sentías un deportista de verdad". Las instalaciones, el ambiente entre deportistas y la expectación que suscitaban las competiciones hizo de aquel momento "algo impresionante". "Pero Barcelona se acabó y volvimos a nuestras vidas. Conseguimos grandes cosas, nos seguían miles de personas".

Lamenta el progresivo declive del deporte Español después de los Juegos, "nos hemos partido la espalda para hacer un camino que no ha tenido la continuidad deseada". En su caso, señala que no hay instalaciones adecuadas ni sillas suficientes para poder practicar este deporte.

A día de hoy, el deporte ocupa un segundo plano, en realidad siempre ha sido así. Su vida es su familia y su trabajo, una cita ineludible que comienza desde hace 27 años a las cinco y media de la mañana. Eso sí, cuando hace bueno todavía sale algún fin de semana a correr.

Reconoce que el deporte le ayuda mucho para salvar barreras. Le aportaba motivación y no había ningún tipo de lástima ni pena, sino todo lo contrario, un apoyo entre los deportistas y un constante afán de superación. "Cada uno vivía el deporte a su manera, ayuda a resolver muchos problemas", concluye.

Después de la resaca.

Lejos ya de Barcelona´92 y dos décadas más tarde, al margen de la actuación de Juan Jesús Gutiérrez Cuevas, el deporte campurriano vuelve a tener como meta la participación en otras olimpiadas. Diego Cabello aspira a hacer la mínima en 400 metros vallas para poder estar en Londres, y Fran Ventoso está a la expectativa, ocupa el puesto de primer reserva para los Juegos Olimpicos que comenzarán el 27 de julio. Asimismo, Javier Gutiérrez Cuevas, hermano de Juan Jesús, ha participado ya en los Juegos Olímpicos de Invierno en Vancouver 2010. Desde 2009 compite en los campeonatos del mundo y, teniendo en cuenta su nivel, es más que probable que vuelva a los Juegos de Rusia en 2014.

Presente y futuro.

En el caso de estos tres deportistas, tienen la ‘suerte' de poder vivir del deporte. Javier Gutiérrez se inició, como tantos otros, de la mano de Tito Carrera en el atletismo con 13 años. A los 17 comienza a practicar esquí de fondo, ‘de casta la viene al galgo'. Con 19 años participa en el Campeonato de España Junior y es elegido para formar parte de la Selección Española de Promesas. Sus buenos resultados le permiten dar el salto a la absoluta, y en 2009 participa en los mundiales de la República Checa en categoría estilo libre. Al año siguiente compite en los Juegos Olímpicos de Vancouver. Realiza las pruebas de 15 kilómetros estilo libre quedando en el puesto 69º; termina en la posición 40º en 30 kilómetros persecución estilo combinado, y también compite en los 50 kilómetros salida en grupo estilo clásico.
En 2011 participa en el mundial de Oslo, y esta temporada, "más relajada", se dedica al seguimiento para la Copa del Mundo del próximo año en Italia, realizando las pruebas que marca el calendario. También tiene un ojo puesto en Rusia 2014, lo que supondría la participación en sus segundos juegos olímpicos.

Javier considera que está en sus "mejores años" de carrera deportiva y subraya que ser olímpico "es la ilusión de cualquier deportista". Gracias a varias becas, de la Federación Española de Esquí, Comité Olímpico y Gobierno de Cantabria, puede dedicarse "sin lujos" al esquí exclusivamente, "un deporte difícil y muy exigente" que le mantiene 250 días al año fuera de su casa "en busca de la nieve". Su objetivo es mantenerse entre los mejores, y sus condiciones genéticas, su capacidad de sacrificio y su motivación para ganar son, a su juicio, los factores que le hacen estar donde está, en la élite del esquí mundial.

Por su parte, Diego Cabello, que este año ha visto reconocido de nuevo su trabajo como el mejor deportista campurriano, afronta este verano sus dos mayores retos deportivos hasta la fecha: los Campeonatos de Europa de Helsinki y la posibilidad de participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Ostenta la mejor marca de España de la temporada en los 400 metros valla con un tiempo de 50´55, que acaba de hace pocos días en el ‘Meeting de Huelva'. Ya es un atleta de proyección internacional. La participación en el Europeo es casi una realidad y para estar en Londres solo le queda un obstáculo, bajar su marca a 49´80. Reto que cada vez ve "más cerca" y para el que todavía tiene un mes de margen.

Además de sus dos campeonatos de España en 400 vallas -los dos mejores momentos deportivos de su vida-, este año ha logrado un segundo puesto en la Copa Europa de Clubes, la misma suerte ha corrido su equipo, Playas de Castellón, en la competición por clubes. También ha mejorado su marca personal en los 400 metros lisos, con un tiempo de 47´17. Está abriéndose a nuevas modalidades para participar también en los 400 metros lisos y en relevos.
Puede vivir del atletismo gracias a una beca, compaginando el deporte con sus estudios de Publicidad y Relaciones Públicas. Aun así, nota el recorte de la cuantía que percibe, que se ha visto reducida en un 15 por ciento en dos temporadas consecutivas. Este año está más volcado en el deporte, con la mirada en el horizonte de los Juegos y poder hacer realidad su "sueño" olímpico.

Para concluir la lista de los posibles olímpicos, tenemos que hablar de Fran Ventoso. Un ciclista profesional con una trayectoria de solvencia contrastada. Debutó en 2004 y ha ganado 29 etapas y seis competiciones. Ha participado tres veces en el Tour de Francia y en el Giro de Italia, y otras dos ocasiones en la Vuelta a España y en el Campeonato del Mundo.

Su buen momento de forma le ha permitido ganar de nuevo una etapa en el Giro de este año, y desde hace un mes y medio ha estado preseleccionado para formar parte del equipo olímpico. No se lo ha puesto fácil al seleccionador nacional, José Luis de Santos, que al final se ha decantado por designarlo como el número uno en la lista de reservas para los Juegos de Londres.

Reconoce que es difícil participar en las olimpiadas sin correr el Tour, porque "los ciclistas salen muy fuertes después de una competición larga, casi por inercia, y llegan en unas condiciones físicas óptimas. Si la cabeza funciona el cuerpo responde. Además al tratarse de una carrera de un solo día hay más posibilidades", en referencia a la prueba olímpica.
A pesar de no contar, en principio, para disputar los Juegos, permanecerá atento y preparado para una hipotética convocatoria de última hora, por si ocurre algún contratiempo. El calendario de esta temporada está marcado por el Campeonato de España, el 28 de junio, la Vuelta a Polonia y la Vuelta a Burgos. Para el final de temporada tiene ante sí la Vuelta a España, y como colofón, el Mundial en octubre.

"Para cualquier deportista es un sueño ser olímpico, y más formar parte de esta selección española. Un bloque de gran calidad y con experiencia". Con treinta años marca sus objetivos día a día, pero no descarta volver a ser candidato para participar en los próximos juegos de Brasil 2016. De momento, tiene ante sí una temporada con muchas competiciones y, como mínimo, otros cuatro años para luchar por la victoria en muchos finales de etapa.

En su caso, se dedica de forma plena al ciclismo, no se considera el más adecuado para hablar del funcionamiento de las becas deportivas, pero sí es consciente de que se han recortado muchas ayudas y que también la cuantía es inferior. Cree que es necesario más apoyo, ya sea por vía institucional o a través de patrocinadores, para que los deportistas puedan dedicarse en exclusiva a su vida profesional.

NOTA:

UNA SEMANA DESPUÉS DE PUBLICAR EL REPORTAJE, FRAN VENTOSO RECIBIÓ UNA LLAMADA EN LA QUE LE COMUNICABAN QUE PARTICIPARARÍA EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE LONDRES. POR SU PARTE, DIEGO CABELLO SE QUEDÓ MUY CERCA DE SER OLIMPICO, CONCRETAMENTE POR 16 CENTÉSIMAS. HIZO UN TIEMPO DE 49.96 Y LA MÍNINA NECESARIA ERA 49.80.

EN ESTA OCASIÓN, HAY QUE DAR LA BIENVENIDA A LARO HERRERO AL CLUB DE LOS ‘CAMPURRIANOS OLÍMPICOS', ¡ENHORABUENA!