Las creaciones florales de Cheward y Carmen fueron mostradas por las modelos más internacionales
La historia comienza en Ibiza y tiene por protagonistas a Sarah Jessica Parker y la diseñadora Diane Von Furstenberg
Los campurrianos Cheward y Carmen están viviendo un sueño. Los complementos de su empresa se han visto hace unos días en 'Fashion Week' de Nueva York y, un vestido que lucía la modelo internacional, Karlie Kloos, fue bautizado con el nombre de Nieves, en honor a la madre de Cheward, que durante años contribuyó en la fabricación de los complementos de la empresa, 'Siempreprimavera'.
Esta historia tiene su comienzo este verano en Ibiza, isla a la que la empresa llevó las colecciones de fantasía floral y accesorios que durante el invierno se elaboran en Campoo. Este verano, apunta Cheward, "nos dieron una plaza en el mercadillo del puerto de Ibiza, lugar emblemático donde se reúnen la mayor parte de los turistas". "Habíamos tenido un verano muy bueno, probablemente en todos los sentidos; a pesar de ser un puesto de dimensiones muy pequeñas, la vida nos había sonreído: muchas personas de todas las nacionalidades habían pasado por nuestro puestecito, futuras novias se interesaban por la posibilidad de que las hiciésemos algún adorno y otras nos encargaban aquellos arreglos florales que más tarde llevarían en uno de los días más importante de sus vidas".
Visita inesperada
"Un día de finales de agosto, ya por la tarde, explica Cheward, llegó al puesto una chica cautelosa en sus formas y llena de esplendor en su mirada. Atenta a cualquier pequeño detalle de todos los distintos modelos que teníamos aquel día expuestos, sin llamar ningún tipo de atención, nos pusimos a hablar de lo que más la gustaba. Para entonces ya nos habíamos percatado de quien se trataba, inconfundible por ser quien era, Sarah Jessica Parker (Sexo en Nueva York).
En breves momentos, según Cheward, "se empezó a remolinar cantidad de personas que pasaban por allí, pero Jessica siguió a lo suyo y eligió un par de arreglos florales. Mostrándonos su entusiasmo, se despidió de nosotros y se fue".
"Al cabo de unos minutos volvió con una mujer, desconocida hasta entonces por nosotros. Esta señora acabó haciendo una importante compra. Iba separando las cantidades por colores y unidades del único modelo que eligió. Por su manera delicada y puede ser que sensible a la hora de tratar el género, e incluso con un objetivo visible aunque desconocido para nosotros, motivó que la comentásemos, que lo que se llevaba lo había hecho mi madre durante todo el invierno, con sus 92 años, vísperas de fallecer el pasado mes de mayo".
"En aquel justo momento se produjo algo en la conversación que quizás tenga que ver con emoción, pelos de punta, corazón, algo de lo que no se ve, pero se siente. En ese instante -comenta Carmen- las dos se giraron, como sorprendidas o quizás identificadas con aquella al menos emotiva para nosotros historia. Así, mostró interés preguntándonos el nombre de mi madre, a lo que respondimos que Nieves. Después de un tiempo, se despidieron de nosotros con un cariñoso abrazo".
"Rápidamente, según relata esta pareja de campurriano y cordobesa que residen en Reinosa, se acercó una chica interesada por alguna de nuestras creaciones; había vivido en segunda fila todo lo acontecido; nos comentaba la suerte que habíamos tenido porque una persona tan famosa en el mundo de la moda se hubiera fijado en nosotros. La curiosidad se hizo presente y aprovechamos para preguntarla cual era el nombre de esa señora y nos contestó Diane Von Furstenberg, una de las diseñadoras de moda más relevantes del momento".
A los pocos días, cuando estaban elaborando parte del futuro trabajo, como hacen todas las mañanas, sonó el teléfono. Todavía cuando lo cuentan Cheward y Carmen ponen cara de asombro. Al otro lado de la línea Diane Von Furstenberg les anunciaba que quería ampliar el pedido y, que uno de los vestidos de su colección para la próxima primavera llevaría el nombre de Carmen en honor a la madre de Cheward.
La pareja decide entonces preparar el paquete y que serían ellos mismos los que lo llevarían. Así se presentaron días después en la Gran Manzana, dónde al pasar el control de inmigración surgió otra de esas anécdotas para recordar durante su vida.
"La policía nos pidió que le mostráramos la maleta que venía tan florecida. Por el motivo que fuera no había manera de abrir aquel candado; aquel hombre de cara seria, nos miraba con detenimiento y a saber que más; al cabo de pasados unos minutos, apareció con una especie de tenazas de más o menos un metro de largas; tras su merecido esfuerzo y rotura de aquel rebelde candado lo abrió y posiblemente descansó. Cambió su gesto por una preciosa sonrisa y nos deseó suerte en los siguientes días".
"Las siguientes jornadas fueron increíbles y, durante tres días y con el apoyo incondicional de Diane, trabajamos en aquel precioso proyecto. El domingo trece era el gran día. Varias horas antes de que empezara la pasarela tuvimos que ir a seguir preparando los últimos detalles, ya entre bambalinas, y a la cercanía de nervios sueltos en aquel gran espacio, maquilladoras, peluqueros que iban y venían, ayudantes de vestuario acicaladas para tal ocasión. Cuanto más nos acercábamos a la hora señalada, más televisiones venían a entrevistar a Diane, que una a una, iba explicando lo que para ella representaba aquella maravillosa colección de primavera".
"Llegó el momento de la verdad, la música empezó a sonar marcando el pistoletazo de salida; la chica que abría el primer desfile de la pasarela de New York, Karlie Kloos, llevaba puesto un vestido en tonos rosas precioso; su caída marcaba formas románticas que iba llenando el espacio. Pues bien, ese vestido se llama 'Nieves', en honor a mi madre, un gran honor", afirma Cheward.
"Antes de acabar aquel largo día, fuimos felicitados por varias personas implicadas en aquel derroche de creatividad y esfuerzo colectivo. Asistimos a una cena de celebración invitados por la misma Diane y aplazando para un futuro muy próximo una posible colaboración con las más de quince tiendas que tienen en los Estados Unidos".
La pareja asegura que ha vivido una experiencia "cercana a los sueños". "Nos han tratado de igual a igual, viniendo de los estratos más bajos en la pirámide de la venta, es decir, de un mercadillo. No podemos más que elogiar con la gratitud lo vivido y resaltar a cuantos han hecho posible que esto suceda".