Con estas humildes palabras quiero rendir un homenaje a tres hombres que dieron, en un momento de sus vidas, algo de su tiempo, poco o mucho eso da igual, para preparar las fiestas de su amado pueblo, Abiada. Estos tres hombres son Nando, Francisco y como no, Genio, mi padre.
Los tres vivían la fiesta de Los Campanos como una gran pasión, estaban deseando que llegase el primer domingo de septiembre para hacer lo que más les gustaba, subir a poner los campanos, engalanar con los arcos a las mejores vacas tudancas y bajar orgullosos delante del ganado ataviados con el traje campurriano. Después, escuchar la charla y echar cuatro cantos con todo el que quisiera acompañarlos. No les importaba si llovía o hacia sol, ya que lo realmente importante era divertirse y como no, ver a la gente disfrutar.
Es una pena que esa estampa ya no se pueda repetir. Francisco falleció en agosto de 2011 y casualidades de la vida un año después murió Genio, en agosto de 2012.
Vivieron la fiesta desde que eran unos mozos y después con el tiempo quisieron poner su pequeño granito de arena organizando ellos mismos este gran evento para disfrute de todas las persona que se quisiera pasar por "el pueblu" ese primer domingo de septiembre. A ellos no les importaba ir de acá para allá buscando trofeos, música, rondas, campanos y demás para después poder disfrutarlo con todos y ver como la gente disfrutaba de sus amadas fiestas.
Ahora que se cumplen dos y un año del fallecimiento de Francisco y Genio respectivamente me gustaría con estas humildes palabras poder hacerles un sencillo homenaje para que se recuerde lo que en su día hicieron desinteresadamente por estas fiestas que son tan conocidas y amadas por muchos de nosotros que cada vez que oímos una campurriana, con mejor o peor voz, empezamos a entonarla o que cada vez que oímos un campano se nos pone la piel de gallina.
Allá donde estéis seguro que el domingo entonáis una de vuestras queridas campurrianas y desde allí estaréis viendo la pasá, la charla y todo lo que venga.
Nosotros desde aquí nos seguiremos acordando de vosotros y pensad que vuestro querido pueblo no os olvida.
De Patricia Paraje García
