La aventura vivida por este grupo de teatro por toda la costa e interior del suroeste de Francia, entre las localidades de Biarritz y Burdeos, no ha podido ser más satisfactorio para ellos. Han actuado en plazas y paseos principales de varias localidades, así como en los anexos de algunos restaurantes importantes.
Con anterioridad a sus actuaciones, estudiaban los lugares que podían ser sus "escenarios", así como las horas convenientes para las representaciones, ya que a partir de las 21.00 horas las calles se encontraban totalmente vacías.
Quizá la anécdota más curiosa se produjo al mediodía en un mercadillo, donde se encontraba un español vendiendo productos nacionales. Fue tanta su satisfacción al vernos (comentan las chicas) que nos regaló en un recipiente lleno de rodajas de jamón y chorizo ibérico.
Todos los números que representaban al aire libre los realizaron exclusivamente con trabajo de mimo. Llamaba mucho la atención cuando los actores de la compañía tenían como camerinos sus respectivos automóviles, haciendo de espejos para pintarse los propios retrovisores de los coches y para vestirse sus asientos. Todo ello situado sobre las plazas de estacionamiento, por lo que la expectación era máxima. Lo que sí han comprobado, es que los españoles son bastante más generosos que los franceses.
La experiencia ha sido tan positiva que toda la compañía a su regreso ya tiene en mente el ir preparando otro espectáculo nuevo para realizar otra gira para el año próximo, que será, según ellos, por tierras portuguesas.
