En la tarde del pasado miércoles, Día del Libro, y hasta las 12 de la noche, cerca de 40 personas participaron activamente en la actividad propuesta por la Biblioteca Pública Sánchez Díaz que consistió en un recital de poesía con el título de 'Las mil mejores poesías de la lengua castellana', en el que cada uno de los asistentes que lo desearon, la gran mayoría, leyeron un poema de un escritor español o hispanoamericano y el resto de los participantes -a quienes se entregó una plantilla de votaciones- puntuaron cada poema.
Abrió el acto el alcalde de Reinosa José Miguel Barrio leyendo la primera página de "Cien años de soledad" en homenaje a Gabriel García Márquez, recientemente fallecido, y que aunque no cultivó el género poético está considerado como uno de los escritores más brillantes de nuestras letras y su novela "Cien años de soledad" la obra cumbre de la literatura del siglo XX. A continuación, el alcalde recitó un poema de Pablo Neruda incluido en su libro "20 Poemas de amor y una canción desesperada". Una vez finalizada su lectura, tomó la palabra el concejal de Cultura, José Andrés García, que leyó un panegírico al escritor colombiano, titulado "Almendras amargas", del periodista Ignacio Camacho. Dentro del acto, el poeta más seleccionado por los lectores que acudieron a las salas de la biblioteca para conmemorar esta fiesta dedicada al libro, fue Pablo Neruda, aunque el ganador del pequeño certamen que se organizó, fue el poeta reinosano Julio Ceballos, que había enviado un poema desde China, donde vive desde hace unos años. El título de la composición ganadora es "Jardines de piedra". A juicio de los asistentes las tres mejores poesías de la lengua castellana fueron por este orden, "Jardines de piedra" de Julio Ceballos, "Romance del Duero" de Gerardo Diego y "Poema 20" de Pablo Neruda.
Tres poetas reinosanos, Julio Ceballos, Sergio Balbontín y Daniel Guerra de Viana, participaron en el evento con el envío de una poesía grabada, ya que no pudieron asistir al encontrase fuera de la ciudad. También hubo una participante que recitó un poema suyo dedicado al río Ebro. Una vez finalizada la lectura se invitó a los asistentes a un vino español y a continuación se retomó la actividad hasta casi las 12 de la noche.