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San Sebastián | Reinosa

Artesanos del acero

Artesanos del acero

Celestino De Santiago ha fabricado más de 300 ollas en 20 años

Celestino De Santiago, natural de Arroyo y vecino de Nestares, tiene 81 años y ha fabricado durante las dos últimas décadas más de trescientas ollas ferroviarias para cocinar el popular guiso. Comenta que ahora tiene en su taller 22 empezadas y no sabe cuándo las acabará, reconoce que trabaja "por capricho" y disfruta viéndolas colgadas en su garaje, no tiene prisa ni afán por lucrarse, subraya. 

El artesano comenta que el precio de las ollas que se venden oscila entre los 150 y los 200 euros. Es de los que prefiere fabricarlas en acero inoxidable en lugar de hacerlas con chapa. Generalmente encarga las placas con una dimensiones de 3 por 1 metros, despues las corta y las mecaniza en una máquina para darlas la curva y luego las trabaja "a base de martillo" hasta  terminarlas. Siempre las hace cónicas en lugar de rectas, aunque confiesa que tiene un par de ellas de diferente forma, "la verdad que no sé por qué no las hice cónicas, seguro que me las pidió así mi mujer", se plantea.

'Tino' recuerda que compró la primera olla ferroviaria al jefe de estación de tren de Mataporquera, que a su vez la había encargado en la localidad vizcaina de Balmaseda, porque antes aquí no se conocían. Después de haber cocinado un sinfín de guisos en ella decidió ponerse manos a la obra y fabricar su propia olla. La primera vez empezó con cinco, cuatro para sus amigos, y poco a poco ha llegado a fabricar más de trescientas, de la cuales ha regalado al menos un centenar, "así comenzó la broma", señala.

No sabe explicar el tiempo que le lleva fabricar una olla porque siempre empieza diez o doce a la vez. Cocina siempre en una que está pensadada para cuarenta raciones, habitualmente no guisa para tantos comensales, pero así no se derrama nada. Aun así, ha fabricado recipientes con capacidad para diferente número de personas, la mayoría para veinte, pero también de diez.

Confiesa que nunca ha participado en el concurso de San Sebastián, pero que está en la plaza el primero para ver cómo las hacen. Prefiero cocinar en 'petit comité'. Su mano para el guiso es requerida en un buen número de eventos. La última olla la cocinó hace unos meses para unos amigos en Nestres y la anterior fue a petición de los ingenieros de la Confederación Hidrográfica del Ebro con motivo de la inauguración del puente de Orzales. 

Mañana madrugará, irá a la plaza de España de Reinosa, observará con detenimiento cómo cocinan los concursantes, sacará sus conclusiones sobre las que tienen mejor pinta y se fijará en alguna olla que posiblemente haya fabricado él.