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Ocio | Reinosa

El Apocalipsis nunca fue tan divertido

El Apocalipsis nunca fue tan divertido

Fotos oficiales: Survival Zombie/Pepe Añón, y Ángel de Castro.

  • Los campurrianos ‘Comando 3Z’ son unos asiduos de las ‘Survival Zombie’

  • “A nadie le pilla ya por sorpresa que somos un grupo de frikis”

"El virus Z se está expandiendo por todo el país. Ha llegado ya a más de 50 ciudades, llenándolas de zombies y otras extrañas criaturas. Los infectados se cuentan por miles, y la situación se recrudece cada semana. Por eso, un grupo de campurrianos ha formado el Comando 3Z para unirse a la lucha por su erradicación. Se infiltran en los focos de infección y tratan de recabar todas las pistas e información posible para la supervivencia de la especie humana mientras evitan caer en las garras de los zombis. La malvada corporación WRG está detrás de la epidemia, y pocos son los que pueden hacer algo por pararles los pies. Toda ayuda es poca".

¿Asusta? Más bien divierte, y mucho. Al menos para un grupo de campurrianos que se han enganchado al fenónemo de las Survival Zombie, "un evento que recrea un apocalipsis de muertos vivientes en una ciudad, donde sin comerlo ni beberlo te encuentras en medio de todo, tratando de sobrevivir durante toda la noche peleando contra hordas de zombis, ejércitos, sectas o grupos de resistencia", explica Diego de Celis, que está al frente del Comando 3Z y sostiene con humor que "a nadie le pilla ya por sorpresa que somos un grupo de frikis".

Las Survival Zombie surgieron en 2013 y ya superan las 50 ediciones, recorriendo todo el país con diferentes tramas, enfrentando al Bien y el Mal, y en la que el número de participantes oscila entre 800 y 1.000 soldados del terror y la fantasía. El juego aglutina el mundo de los videojuegos, las películas de acción, suspense y terror en una gincana nocturna por el escenario urbano en el que se desarrolla. Los participantes tienen total libertad de movimientos pero hay mucho trabajo de organización detrás para no desatar realmente un caos en la ciudad.

Entre tanto tumulto, para diferenciar a cada grupo, el jugador recibe un distintivo verde y según las ediciones, un mapa y un pasaporte donde se van sellando las distinta pruebas. Por su parte, el personal de organización lleva un distintivo amarillo, y los zombis van de rojo. Gana el que más pruebas complete con éxito, pero la diversión está en la trama.

Los ZETAS, explica Diego, son los muertos vivientes más temidos; pueden correr y hacen sufrir de lo lindo a los supervivientes. Si un zombi te toca (normalmente, te abraza y te "come") estás muerto. Se le retira el distintivo verde, pero el juego no acaba ahí porque se da la opción de irse al centro de control a maquillarse y pasar al bando de los zombis. "Esto hace que la cosa se vaya poniendo más difícil a cada minuto, debido al creciente número de muertos y descenso de vivos y las últimas horas se vuelven muy duras", aseguro con divertido dramatismo.

Prueba de ello, son los "recuerdos inolvidables" de una aventura que comienza en casa mientras hacen la mochila y que no termina hasta que vuelven en coche exhaustos comentado las jugadas: huidas y persecuciones de casi un kilómetro corriendo con un Zeta en los talones, muertes épicas en la bodega de carga de un crucero, armados con una maza y rodeado de criaturas, negociaciones y sobornos a militares implacables, incluso discusiones con el personal de Adif al pasar las armas de atrezo por los escáner del AVE.

"Yo también quiero matar zombis"

Aunque este juego surgió hace tres años, el grupo de amigos de Reinosa se inició en su práctica en el evento celebrado en Santander en 2015. "Vamos a probar a ver de qué iba esa cosa tan rara -nos dijimos-, seguro que no nos gusta mucho, serán una panda de frikazos...", recuerda Diego de Celis, a quien le picó la curiosidad, y una búsqueda en Youtube para ver el funcionamiento del juego le sedujo desde el primer momento.

Sin embargo, "la experiencia resultó muy positiva, ya que se adaptó a la perfección a nuestra manera de pensar, actuar y ver el juego, con una ambientación impresionante que te hacía meterte al instante en el papel", asegura.

Y es que una de las partes más emocionantes de las Survival Zombie es que no sabes lo que va a pasar en cada edición. "En pocos minutos te puedes encontrar huyendo de una horda de zombis y a continuación estar detenido por un grupo mercenario o sirviendo de cebo para que un compañero pueda acercarse a arrebatar del cuello una llave a un ZETA.

Otras veces, explica, simplemente debes estar quieto, mientras las criaturas te merodean, huelen, gruñen al oído... lo que te brinda momentos de máxima tensión y adrenalina. También tiene algunos momentos frustrantes que deben superar y seguir adelante en busca de la siguiente pista y reto, venciendo al cansancio y al sueño, ya que el evento supera las ocho horas de duración y hay que gestionar el tiempo porque le pasan factura al cuerpo. Prueba de ellos son los 20 kilómetros de distancia media que se hacen a pie en cada edición y la tensión añadida de no saber lo que te depara al girar la siguiente esquina.

Junto a Diego, se inició en esta aventura Rubén, y ya han participado en más de 10 ediciones junto a una veintena de amigos de la zona que se han ido alternando dependiendo del evento por cuestiones de la disponibilidad y cercanía. El Comando 3Z lo integran también Javi, Lorena, Gelo, Ángel, Thais y más recientemente Miguel junto a sus hijos o Julián. Todos ellos han repetido la experiencia que los ha llevado a "recorrer la infección a través de las provincias de Cantabria, Burgos, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Galicia, Asturias e Ibiza, esta última como una edición especial en la que se incluía un crucero con la infección a bordo".

Por su parte, Thais, tras comentar con Diego la experiencia, buscó información por internet y la idea le agradó. A su juicio, es una "actividad totalmente distinta en la que conoces mucha gente con gustos similares, ganas de divertirse y es un ocio sano". Miguel, que ha sido uno de los últimos en iniciarse, comenzó porque unos de sus hijos, de 12 años, tenía mucha ilusión en participar en el juego y no se lo pensaron. Destacan el gran ambiente generalizado y "el buen rollo dentro del equipo". En la misma línea se expresa Julián, que, arrastrado por Diego y Rubén, ha vivido en primera persona la experiencia y disfruta liberando adrenalina "en situaciones límite con los amigos".

Matar zombis engancha

Los miembros del comando campurriano comparten el pensamiento de que a medida que ganan experiencia disfrutan más del juego. "La interactuación y el ‘roleo' con los actores es mucho mejor y más divertida; te metes en el personaje, que cada uno va detallando en cada edición, con su indumentaria y complementos particulares".

Todos llevan el chaleco con sus distintivos, pero cada persona imprime su carácter al personaje que se crea. Diego, que de niño disfrutaba jugando con los G.I. Joe, prácticamente se ha convertido en un boina verde, con una granada a la cintura y la reconocible gorra verde calada sobre la cabeza. Por su parte, Ángel de Castro enseguida dio con su alter ego, el ‘Cardenal Castro', un inquietante clérigo tocado por el Mal. También está Lorena que, haciendo gala de filantropía pero en el bando equivocado, repite de doctora zombi en todas sus actuaciones.

Detrás del juego está la empresa WRG, que abandera el lema "El límite en nuestros eventos lo pones tú", algo cierto según el grupo de campurriano ya que en su opinión la organización y los jugadores forman una familia gracias a la cual han podido conocer "un montón de gente genial y buenos profesionales", entre ellos actores, maquilladores y fotógrafos de cine, "dignos de cualquier película".

Ellos se encargan del personal para la ambientación y figurantes, pero el riesgo y el atrevimiento corre a cargo de los jugadores: "hasta donde tus miedos y tu cuerpo te permitan, sobrevivir no es difícil si no te arriesgas, pero si luchas por conseguir el mayor número de pruebas deberás exponerte al máximo y llevarte algún buen sofocón, pero a eso vamos, y si no te lo llevas, pues como que te falta algo", subrayan los soldados del comando reinosano.

En definitiva, "una actividad que mezcla el deporte con la aventura y el rol, que refuerza el grupo, es muy recomendable para cualquiera que quiera probar algo distinto al ocio habitual y que es muy adictivo", aseguran.