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Los otros campurrianos | Campoo

El antifaz del tasugo

Tejón comenzando su jornada de campo. Fotos de Jonathan Rodríguez.

Sección semanal sobre la fauna y la flora autóctona

Un antifaz sale de entre la vegetación de ribera, primero se estira y bosteza para posteriormente comenzar a asearse. De una madriguera cercana comienzan a salir gruñidos y pequeños chillidos, un minuto después toda la familia ya está fuera de su cueva y comienza la jornada en la vida del tejón (Meles meles), o como se le conoce en la comarca, tasugo.

De un aspecto rechoncho con una cabeza pequeña y un corto cuello, su característica más significativa es el antifaz negro que va desde las orejas al hocico, cubriendo los ojos y su nariz negra. Puede llegar a pesar unos 10 Kg. (de media 6) posee una cola corta y unas extremidades robustas y acabadas en garras que usan para excavar y defenderse. Su coloración es grisácea a excepción del mencionado antifaz. Este aspecto ha hecho que el tejón sea protagonista de múltiples cuentos e historias infantiles, así en Reino Unido la escritora Beatrix Potter hizo célebre a "Tommy Brock", el tejón.

Animal nocturno por naturaleza, a este mustélido se le añaden continuamente calificativos como huraño, irascible e incluso agresivo, todos ellos lejos de la realidad de este habitante de nuestras campiñas y bosques. Precisamente es su carácter familiar una de las características más relevantes de su biología estructurándose la especie en torno al núcleo parental o reproductor (macho y hembra adultos), las crías del año y algún joven de camadas anteriores (generalmente hembras) que habitan un territorio del que la madriguera es su centro. En países como Inglaterra se han llegado a observar hasta 20 individuos en una madriguera.

Los celos se dan en primavera en nuestras latitudes aunque esto puede variar. Generalmente sólo se reproduce la pareja dominante produciendo una camada anual, la gestación dura unos 65 días tras los cuales la hembra alumbrará entre dos y seis crías, ciegas y prácticamente sin pelo. En esta especie se produce la implantación diferida por lo que la implantación del cigoto puede retrasarse hasta 10 meses. Tras tres meses de lactancia los jóvenes tejones comenzarán a alimentarse autónomamente y a los 6 meses podrán independizarse buscando un territorio en el que formar una nueva familia.

La madriguera la componen un conjunto de túneles entre los cuales se reparten cámaras de cría, ventilación, letrinas, "guardería" donde juegan las crías y cámaras nido o de descanso. En Inglaterra se llegó a desenterrar una tejonera de 879 metros de longitud. Estas tejoneras son utilizadas durante generaciones, aunque pueden llegar a abandonarlas ante molestias continuas o por la presencia de gran número de parásitos en la misma. No es raro encontrar a la entrada de las mismas grandes cantidades de fibras vegetales en ovillos, que los tejones sacan periódicamente de la madriguera y reponen con fibras nuevas evitando así los parásitos.

Otro carácter curioso del tejón es su costumbre de realizar hoyos a lo largo de su territorio donde deposita sus excrementos, se ha encontrado que este hoyo es usado por diferentes individuos de la misma familia siendo una forma de delimitar el territorio e indicar a los vecinos la ocupación del mismo.

Su dieta la componen básicamente las lombrices aunque no desdeñará los pequeños roedores, insectos o frutos silvestres que encontrará a lo largo de sus caminatas nocturnas. De carácter tozudo, no dudará en remover piedras o buscar entre los troncos caídos a la busca de alimento. Aunque con menor frecuencia que el oso, el tejón también intentará comer la miel de las colmenas no siendo raro encontrar panales atacados por el mustélido, de ahí su nombre científico (Meles meles) que en latín significa miel.

Su balanceo al caminar es característico de los plantígrados (apoyan toda la planta del pie en el suelo), mostrando en sus huellas la impresión de cinco dedos y sus largas uñas. La falta de práctica en el observador puede llegar a confundir sus huellas con las del oso aunque las del tejón son de menor tamaño, unos 4,5 cm medidos entre los puntos medios del dedo 1º y 5º, mientras que la de una cría de oso pardo cantábrico al salir de la osera es de unos 8 cm.

Las principales amenazas son los atropellos, aunque en otro tiempo fue muy preciado por su carne y piel con la que se realizaban las brochas de barbero. Hoy en día la población goza de salud y no es raro observar sus huellas en los caminos con barro.