La sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma se ha convertido hoy en el epicentro mundial de la ganadería extensiva y la trashumancia. En una ceremonia cargada de simbolismo y diversidad cultural, se ha dado el pistoletazo de salida oficial a los actos del Año Internacional de los Pastores y Pastizales 2026 (IYRP).
Entre delegaciones diplomáticas y representantes ganaderos de los rincones más remotos del planeta, dos figuras han destacado por llevar la esencia de la tradición oral del norte de España hasta el corazón de Italia: las requejanas Angelines Balbás y Celia Macho.
El evento se ha subrayando que el pastoreo es un hilo conductor que une a la humanidad. Allí, madre e hija han compartido escenario y experiencias con pastores nómadas de las estepas de Mongolia, ganaderos de camellos de Irán, pastores de renos de la Laponia y Siberia, y sus homólogos italianos, anfitriones del encuentro.
Angelines y Celia, guardianas de la tradición campurriana, no solo asistieron como espectadoras, sino como embajadoras vivas de una cultura que se resiste a desaparecer. Ataviadas con la indumentaria tradicional, pusieron voz a las coplas que han acompañado a los pastores de Campoo durante generaciones, reivindicando el papel de la mujer en el mundo rural y la importancia de la transmisión oral en la preservación de los oficios antiguos.
La declaración de 2026 como Año Internacional de los Pastores y Pastizales por parte de la ONU busca reconocer la contribución esencial de estos trabajadores a la seguridad alimentaria, la biodiversidad y la gestión sostenible de la tierra












