La gran mayoría por la necesidad de salir adelante en un país devastado por la miseria de la posguerra y una minoría por afinidades ideológicas con el Tercer Reich, abandonó España para buscarse la vida en la Alemania nazi. Más de 10.000 españoles, unos 600 cántabros y hasta 33 campurrianos eligieron un camino nada fácil que no les brindó las oportunidades que ellos pensaban que iban a tener en el país que inició la II Guerra Mundial.
Así lo explicó esta semana el escrito José Manuel Puente Fernández, en la sala de La Chimenea de La Casona de Reinosa, en la presentación de su libro 'Atrapados en Tercer Reich. Trabajadores cántabros en la Alemania nazi (1942-1945)', editado por Librucos.
Un trabajo de investigación de dos años, con una documentación obtenida en gran parte del Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares, donde están los expedientes de estas personas, y también a través de testimonios de algunos de ellos que siguen vivos o por mediación de sus familiares. En este sentido, matizó que pudo contactar con tres personas de nuestra comarca.
"El libro recoge la historia de los cántabros que se fueron a trabajar a Alemania durante la II Guerra Mundial, en el contexto de penuria económica de la posguerra española, y que se vieron obligados a salir de su tierra para intentar ganarse la vida trabajando en las industrias alemanas durante el Tercer Reich. Un país en plena guerra donde encontraron dificultades en sus puestos laborales, derivadas de la precariedad del trabajo y por los constante bombardeos que sufrían las ciudades alemanas", contextualizó el autor.
"Salida a la desesperada"
Acerca de las motivaciones que movieron a estas personas a emigrar, el autor explica que en "su gran mayoría fueron a trabajar en las fábricas alemanas por una cuestión económica (como los jóvenes de ahora que también emigran), pero también hubo una minoría que, por afinidad ideológica -eran falangistas en España-, fue a Alemania para combatir en el bando del ejército nazi".
José Manuel Puente explica que para entender el libro "hay que intentar acercarse a lo que era la sociedad española de aquellos años; algunos intentaron buscar una salida, aunque fuera en un país que había iniciado una guerra, para ayudar a sus familias. Muchos eran huérfanos de padre y madre y esa fue una opción a la desesperada".
Asimismo, según testimonios que ha recogido, confiesa que muchos de ellos se arrepintieron porque se encontraron unas condiciones de vida que no eran exactamente las que se imaginaban y les habían prometido. Y sobre todo porque Alemania, al perder la Segunda Guerra Mundial, sufrió durante los últimos meses del conflicto numerosos bombardeos, ataques artilleros y numerosas muertes provocadas por las enfermedades que los trabajadores contrajeron en unas fábricas insalubres.
Preguntado por la acogida de los protagonistas para elaborar su obra, el escritor explicó que muchos de ellos "al principio son reacios, porque prefieren olvidar la dureza de aquellos años y son temas que a la gente mayor les cuesta hablar de ello. A veces prefieren olvidarlo, tanto ellos como sus familiares, peor una vez que se les conoce un poco demuestran disposición para colaborar en el libro".
