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Deportes | Campoo de Enmedio

Adriana Pérez, pasión por el baloncesto

  • La base campurriana que conquistó en 2018 la Copa Cantabria compagina sus estudios en Segovia con los entrenamientos en el equipo de la universidad y la dirección de un conjunto alevín

  • La vecina de Matamorosa pasó durante más de una década por todas las categorías del Club de Baloncesto de Campoo de Enmedio

Es sin lugar a dudas uno de los referentes campurrianos del baloncesto femenino. Adriana Pérez, la base del equipo de Campoo de Enmedio que conquistó en 2018 la Copa Cantabria, sigue arraigada a este deporte, un vínculo inquebrantable que le aporta "grandes beneficios y un conjunto de herramientas para gestionar el día a día". Ahora, de vacaciones en Matamorosa, prepara su regreso a Segovia donde compagina sus estudios de Educación Infantil y Primaria con su pasión por el baloncesto. No solo juega con el equipo de la Universidad, además entrena a otro alevín.

La campurriana se inició en el baloncesto en la temporada 2008/2009, en categoría "baby" no federada. Desde 2009 a 2019, pasó por todos los escalones del Club de Baloncesto de Campoo de Enmedio, desde benjamín hasta júnior, siendo, según palabras de su entrenador, Alfonso Morales, "una de las pocas jugadoras que ha estado más de una década en el club". Además, también fue entrenadora de categorías inferiores, lo que demuestra, puntualiza Morales, "su implicación y compromiso".

Adriana Pérez jugó la fase final de 2010 en categoría benjamín, en 2014 en categoría infantil y, en 2017 en categoría cadete y, las finales de la Copa Cantabria júnior en 2018, conquistando el trofeo y ascendiendo a Primera División.

Según explica Morales, la campurriana juega de base, "destacando su facilidad anotadora, gracias a su velocidad y manejo del balón". Es buena defensora de perímetro, "donde utiliza su velocidad para robar balones y terminar con rápidos contrataques". En definitiva, "una jugadora con mucha personalidad, que sabe echarse el equipo a su espalda y tirar del carro". Es sin duda, reconoce Morales, "una de las jugadoras, que, en mis 30 años de entrenador, más orgulloso estoy de haber podido entrenar, como jugadora y persona. Un verdadero ejemplo para las jugadoras actuales del club".

"Me animé a jugar a baloncesto porque mis amigas del colegio me comentaron que se lo pasaban muy bien", explica Pérez. "Luego, con el tiempo pude comprobar lo mucho que me gustaba". Para la campurriana, "este deporte me ha aportado valores como el compromiso y la superación. Especialmente también el sentimiento de unidad y de familia que hemos creado, pues hemos forjado grandes amistades".

Adriana Pérez también se inició, años más tarde, como entrenadora, "con grandes satisfacciones en cuanto a los pequeñines que tuve a mi cargo". Actualmente sigue dirigiendo a un equipo alevín en Segovia, "es un compromiso de devolver aquello que me enseñaron".

Según explica la de Matamorosa, "el baloncesto es un medio y un fin. Es un vehículo que aporta crecimiento, preparación para la vida y valores para los jóvenes, al mismo tiempo que es un fin en sí mismo, que engancha y hace disfrutar".

"Recuerdo con mucho cariño, ese partido disputado el domingo 14 de enero, en el Polideportivo de Matamorosa, que ganamos al Arsan de Astillero, proclamándonos campeonas de la Copa Cantabria de Baloncesto y por méritos propios logrando el ascenso a Primera División", rememora la base campurriana.