La Asamblea contra la fractura hidráulica de Cantabria entregó ayer en Santander más de 3.000 alegaciones al pozo de fracking solicitado por SHESA (Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, empresa pública del Gobierno vasco) en Montija, a tres kilómetros de Espinosa de los Monteros, en el norte de Burgos. "Las alegaciones han sido recogidas durante el último mes de fuertes nevadas y pueblos aislados con grandes dificultades en los valles afectados y otros territorios solidarios", precisaron desde el colectivo, y matizó que de las 3.000 alegaciones, 1.600 se han recogido en Cantabria, 1.100 en Burgos y 500 en el País Vasco.
Además, la Asamblea apuntó en nota de prensa que en las Merindades burgalesas han presentado alegaciones seis ayuntamientos, que representan a más de 7000 vecinos, 30 juntas administrativas y más de 25 asociaciones.
"Una vez más nos movilizamos para mostrar el gran crimen que supone comenzar a hacer prospecciones mediante la técnica de la fractura hidráulica, porque su único sentido es sentar las bases para un explotación de gas a gran escala en grandes territorios de Burgos, País Vasco y Cantabria, con las consecuencias negativas que eso tiene para el agua y la salud de las personas y los animales. Así como su incompatibilidad con la vida en los valles rurales y sus comunidades. Asimismo el fracking pone en peligro el agua potable de dichas zonas rurales y de las ciudades río abajo que se alimentan de sus ríos", denuncia el escrito, que concluye: "una vez más mostramos que estamos juntos en esto, porque no queremos fractura hidráulica ni en Cantabria ni en ningún lugar".