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Análisis

El Pantano del Ebro y el cambio climático (II)

El Pantano del Ebro y el cambio climático (II)

Con el paso de los años y aunque haya oscilaciones, la tendencia progresiva a la reducción de aportaciones de agua al Pantano del Ebro evidencia el cambio climático

En mi anterior trabajo trataba de la situación del Pantano del Ebro durante los últimos 5 años, relacionando el caudal de salida en Arroyo con la evolución de la ocupación del embalse. Pero para profundizar en el análisis de la incidencia del cambio climático en el Pantano del Ebro, es necesario ampliar el período de tiempo, ya que su influencia se detecta mejor en un largo plazo, así como la identificación de tendencias. En este caso contabilizo las aportaciones anuales de volumen de agua, con datos desde los años hidrológicos de 1958-59 a 2022-23, sin tener en cuenta el caudal de salida, ya que sólo considero factores naturales (hidrológicos y climáticos), no de intervención humana. Para explicarlo mejor, en el GRÁFICO 4 muestro la evolución de la ocupación del Pantano del Ebro el año 2020-21, a modo de ejemplo. Se calcula la diferencia de volumen de agua que hay en el Pantano en el ciclo anual, restando del valor máximo (justo antes de abrir las compuertas, a principios de verano) el valor mínimo anterior (justo cuando se habían cerrado las compuertas, a finales de verano del año anterior). Con ello, se cuantifica la cantidad de agua que ha evolucionado en el embalse desde que se cierran las compuertas hasta que, unos 8 ó 9 meses después, se abren, comprendiendo en ese intervalo el otoño, invierno y primavera del año siguiente, mientras que durante el verano se produce la lógica desembalsada, que como he señalado, no se analiza (por su dificultad). Para el caso al que me refiero de 2020-21, en el GRÁFICO 4 el eje vertical de la izquierda indica el volumen en hm3 de ocupación, así que, haciendo el cálculo, la aportación neta es de 420 - 250 = 170 hm3. Es importante observar que el volumen que se dejaba embalsado el 1 de octubre de 2021 era bastante inferior al de un año antes, lo que supuso un factor añadido para no conseguir un nivel de ocupación aceptable en años posteriores. Incluso hasta el 1 de noviembre de 2021 se siguió bajando el volumen, llegándose a 202 hm3, equivalente a un desfase negativo con respecto al 1 de octubre de 2020 de 48 hm3.

Este mismo método descrito para el año 2020-21 le aplico a los demás años hidrológicos de 1958-59 a 2022-23, representando los datos de aportaciones de volumen anual, en hm3, en el GRÁFICO 5 de barras. Cada barra representa el valor de cada año, y así, se puede observar que el correspondiente al año 2020-21, que antes he tomado de ejemplo, es de 170 hm3.

Es cierto que los valores obtenidos por este procedimiento no son exactos, sino aproximados, por estos motivos: a) incluso cuando están cerradas las compuertas, hay una salida (aunque mínima) de caudal del Pantano al río Ebro; b) en verano, cuando están abiertas las compuertas, sigue habiendo flujo de salidas y entradas, como precipitaciones, evaporación, aporte de ríos, etc., no computando ese período en el presente análisis. A pesar de ello, los valores obtenidos para el fin de este trabajo son válidos, ya que las dos observaciones comentadas tienen una incidencia en el tiempo similar y aleatoria, sin sesgos. Además, los datos empleados son oficiales y corresponden a un largo período de tiempo, de 65 años, que supone mayor fiabilidad.

Viendo el GRÁFICO 5, se localizan puntos muy dispersos y con oscilaciones, y así hay aportaciones de volúmenes elevados en años como 2004-05, 2012-13, 2017-18, etc. en contraposición a otros años de considerable escasez. La línea roja de tendencia es trazada de manera automática en el GRÁFICO 5 a partir del conjunto de valores registrados y computados en la hoja de cálculo, observándose que tiene una pendiente descendente, con una progresiva caída. Las cantidades de aportación de volumen de agua son variables cada año, pero la tendencia a irse reduciendo se ha ido acentuando con el tiempo. Aunque la evolución de las aportaciones, según la tendencia, podría parecer tan sólo ligeramente negativa, lo cierto es que supone que, desde 1958 a 2023, el Pantano del Ebro ha ido perdiendo en conjunto en aportaciones unos 40 hm3, la mayor parte se estima que en los últimos años. Estas pérdidas pueden ser en realidad mayores si, como he indicado, en el cálculo se hubiese considerado el período de verano.

La reducción progresiva de las aportaciones es un típico comportamiento causado por el cambio climático y, de no ponerse los medios necesarios, irá en aumento. Como indiqué en mi anterior trabajo, la Confederación Hidrográfica del Ebro no es responsable del cambio climático, pero sí de la gestión del Pantano del Ebro, debiendo preservar su valor medioambiental y favorecer su potencial turístico, cultural y deportivo.

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