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Naturaleza | Campoo de Yuso

"Esperamos que en cinco o diez años podamos tener poblaciones autónomas que propicien la recuperación de los olmos en la comarca"

Miguel Ángel Toca explica la inestabilidad que sufre el olmo en la comarca debido a la grafiosis, "una enfermedad que sigue siendo un problema en Campoo"

"La grafiosis sigue siendo un problema en Campoo", asegura Miguel Ángel Toca, encargado de llevar a cabo el proyecto europeo 'Life Olmos Vivos' en el municipio de Campoo de Yuso, "está dispersa por toda la comarca". Como respuesta, "hemos pedido la semana pasada el tercer lote de treinta ejemplares de siete estirpes clonales diferentes que se difundirán por las parcelas de reforestación en Quintanamanil y Orzales", aclara, "siete líneas genéticas que son resistentes a la grafiosis".

"La enfermedad,  previsiblemente de origen asiático", apunta, "se expandió en 1980 por toda Europa occidental". Aunque fue en 1932 cuando el patólogo Benito Martínez la detectó en un olmo de Madrid. Una devastación que, según la organización, fue menor en nuestro país, "debido en gran medida a cierta resistencia a la enfermedad que manifestaron las poblaciones españolas". "Entre un 10 y un 40% de los olmos murieron en esta primera etapa", aseguran. "Ten en cuenta que en la comarca había poblaciones muy abundantes porque se utilizaban como espalderas para las vides y parras", revela el campurriano, "de ahí viene el término pedir peras al olmo, no había que pedirle peras, sino uvas".

Los estudios del actual centro de Desarrollo Rural y Política Forestal del Gobierno de España y la Universidad Politécnica de Madrid, demostraron que no había ninguna posibilidad de acabar con el hongo o de luchar contra el escarabajo escolítido, evidenciando que la única vía es, "identificar los recursos genéricos que se deben conservar, utilizarlos en cruzamientos para generar nuevos individuos resistentes y permitir la reintroducción de la especie".

"Hay especies más sensibles pero el perjuicio se centra en el Ulmus Minora, que es la que poblaba los pueblos de la comarca", declara Toca. Los árboles caducifolios que pueden medir hasta 20 metros de altura y dos de diámetro, son los hospedadores de los hongos Ophiostoma ulmi y O.novo-ulmi  "que se dispersa por las esporas de los árboles". La segunda especie se conoce como, "la pandemia que provoco la práctica desaparición de los olmos adultos en toda España", informan desde el Proyecto Life.

"Junto con la acción globalizadora del hombre", afirman, "los escolítidos o barrenillos de los olmos son los responsables de la trasmisión a gran escala". Los escarabajos colonizan el floema de los árboles debilitados, invernado en sus galerías. "Si el olmo estaba infectado por la grafiosis, los insectos serán portadores de las esporas del patógeno", de esta manera, a través de las heridas que producen los animales adultos al alimentarse, "las esporas encuentran un lugar donde germinar y crecer hacia el sistema vascular del árbol". "Los síntomas son los abultamientos en el tronco, la caída de hojas y los puntisecados en las ramas", especifica Toca.

"Esperamos que en cinco o diez años podamos tener poblaciones autónomas que propicien la recuperación de los olmos en la comarca", una esperanza cuya construcción comenzó en abril del año pasado cuando tuvo lugar la plantación de los primeros doce ejemplares resistentes a la grafiosis, una enfermedad que ha afectado al olmo, un árbol del que hoy sólo quedan sus restos, siempre empecinados en rebrotar de sus raíces que continúan pereciendo antes de llegar a la edad adulta.