El valle por el que fluye el río Camesa, declarado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) por sus valores naturales, comienza a sufrir la colonización por parte del visón americano procedente de granjas de cría cercanas. La reciente entrada de esta especie en Cantabria hace que la información relativa a su distribución sea insuficiente en la actualidad, por lo que se plantea utilizar una metodología de recogida de datos que permita conocer el grado de penetración en el sur de la región.
Para ello, la Asociación Cambera va a emplear "trampas de huellas", formadas por un cajón de madera sobre el que se coloca un sustrato blando para que, en este caso los visones, puedan dejar su huella impresa y posteriormente sea identificada. Para su construcción e instalación se contará este próximo sábado con la colaboración de personas voluntarias.
Esta actividad se enmarca en el acuerdo que la Asociación Cambera tiene suscrito con la Confederación Hidrográfica del Duero y que, entre otros objetivos, pretende mejorar el conocimiento sobre las especies exóticas invasoras presentes en la cuenca del Duero. Asimismo, esta iniciativa se engloba en el proyecto "Tejiendo Redes".
Oriundo de Norteamérica, se empezó a criar en granjas peleteras de Segovia y en Pontevedra en 1958. Su presencia en la naturaleza responde a fugas debido a medidas de seguridad insuficientes o a accidentes.
Esta especie compite con la fauna autóctona e incluso con cazadores y pescadores. Puede llegar a ser responsable de la desaparición de las truchas. Como buen depredador oportunista, come casi de todo: insectos, crustáceos, moluscos, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Incluso frutos y carroña.