Más allá de los mitos existen piedras que hablan, en un muro, como leyenda bajo una escultura o escudo de armas, en un hito o hasta en el propio suelo. A este respecto, Campoo es, sin saberlo, un excelente museo de piedras hablantes. Estas piedras, no son ni más ni menos que rocas labradas, sobre las cuales se ha realizado una inscripción, es decir un pequeño texto que tiene el objetivo de conmemorar, ensalzar o rememorar algo, pero por encima de todo tiene el objetivo de ser leído.
No obstante, entender a simple vista estos textos puede resultar complicado, esto es así, porque la tipología de las letras y la morfología de los caracteres ha variado según la época y el escribiente. El estudio de esta particular actividad, documentada en Campoo desde la época antigua, viene dado por la Epigrafía (ciencia que estudia las inscripciones realizadas sobre un soporte duro, como la piedra, la madera o el mármol). Este tipo de documentación es fundamental para reconstruir algunos aspectos de la historia campurriana y además, dado que su temática es variada, nos ofrece datos de toda índole.
Cuatro ejemplos: Somballe, Bustasur, Barruelo de los Carabeos y Cervatos
A pesar de que en Campoo proliferan las inscripciones de época romana, en este caso destacaremos cuatro ejemplos de la epigrafía medieval, ubicados en las iglesias de Santa Eulalia en Somballe, San Julián en Bustasur, Santa María la Mayor en Carabeos y San Pedro en Cervatos.
Sobre estas inscripciones podemos decir que todas ellas están ejecutadas sobre piedra, escritas en latín y ofrecen tres tipologías: Inscripciones de consagración (recogen el acto de consagración de una iglesia, indicándonos por regla general la fecha en que tuvo lugar, el obispo que presidió la ceremonia u otros datos complementarios). Inscripciones fundacionales (son todas aquellas que conmemoran la construcción o dedicación de un templo, utilizando verbos del tipo FECIT o DEDICAVIT). Dedicatio (Se trata de inscripciones que contienen dedicatorias, como ocurre en San Julián de Bustasur, donde aparece una relación de nombres de santos a los que se dedicó el templo).
Campoo, un marco espacial cambiante
Resulta complicado establecer los límites que, a partir del siglo X, habrían perfilado el territorio de Campoo. La realidad es que sus fronteras han sido imprecisas y cambiantes a lo largo del tiempo. No obstante, podemos al menos señalar que hasta el siglo XV Campoo abarcó un amplio territorio que comprendía el Sur de Cantabria y el Norte de las provincias de Palencia y Burgos.
Sobre la ocupación de este territorio podemos destacar que, concluida la estancia de los romanos en la zona, Campoo entra en una fase de aislamiento. Poco se sabe de la estancia de los Visigodos aquí, salvo que tras su derrota en Guadalete huyen a refugiarse a las montañas del área cantábrica, llegando también hasta Campoo.
La zona será, años más tarde, el destino de nuevos cristianos que habían quedado bajo el dominio musulmán, así como de los denominados "foramontanos" (quienes poco después regresarán a Castilla para repoblarla). Ya en la primera mitad del s. X, las tierras de Campoo caen en el señorío de los condes de Burgos y de Larra, y se mantendrán así hasta principios del siglo XI. A finales de este siglo, todo Campoo será ya parte del reino de Castilla. No sería hasta el s. XV, cuando la Merindad de Campoo terminará por englobar lo que en la actualidad conocemos como "Campoo los Valles"; Valderredible, Valdeolea, Valdeprado, Campoo de Suso, Campoo de Yuso, Enmedio, los Carabeos y Cinco Villas, además de la villa de Reinosa.
Este es pues el marco en el que se inscriben las fábricas epigráficas de las que nos ocuparemos en entregas sucesivas.
