Antes las fiestas no eran tan masivas como ahora porque había menos medios. Pero se hacían con mucha ilusión, como ahora. Cuando éramos niños lo que más nos gustaba era jugar alrededor de la fiesta. Destacaba la merienda en la campa de Llende y en la Riguera. Se llenaba de gente de toda la comarca que merendaban en familia o en cuadrillas. ¡Ese día quitábamos las ganas de cerezas! Y se hacía un baile muy animado. Pedrín viene desde Madrid cada año. Tiene 5 nietos a los que ha transmitido el amor por Requejo.