El artista campurriano Nacho Zubelzu llevó a cabo, el viernes 14 de septiembre, la perfomance titulada ‘Sembrándome' en el Museo Etnográfico de Cantabria en Muriedas, para reflexionar y alentar sobre el compromiso que la humanidad tiene de salvar al planeta que nos acoge. La acción se completó con la instalación "Isla" emplazada en los jardines del museo y la muestra "Señales de vida" en el interior del edificio, compuesta por señales de carretera manipuladas que se fusionan con las piezas etnográficas, uniendo el pasado con el presente. La muestra que permanecerá dos meses, ha sido coordinada por el comisario Luis Salcines. La inauguración contó con la presencia del Consejero de Educación, Cultura y Deporte, Francisco Fernández Mañanes y la Directora de Cultura, Eva Ranea quienes participaron en la performance.
La imagen y la música de los violines conducidos magistralmente por Raúl Fernández y Matías Llonas invadieron el jardín y lo corporal se adueñó de la escena con un compromiso físico del artista que se enterró hasta el cuello. Con esta metáfora expresa la siembra, como una semilla, como un fruto. La tierra lo acoge, lo alimenta. Pero para germinar, este plantón necesitará, como está demostrado en la historia del hombre, ser abonado con valores positivos donde imperen las humanidades, las artes, música, pintura, poesía, literatura, filosofía. "Por lo tanto, quiero de esta manera, decir que será este abono que me impregna como mediación espiritual, lo único que puede salvar al hombre y, en definitiva, al planeta que nos acoge" explicó en el texto que repartió entre los presentes.
Zubelzu fue sembrado y abonado con las aportaciones de los presentes que dejaron libros, partituras, máscaras de teatro, materiales artísticos. Después recogieron el fruto del artista cortándole mechones de pelo impregnado de ADN, testigo inequívoco del resultado de la acción, símbolo y perpetuidad.
El riego terminó el ciclo. El público se retiró de la escena con la frase en la memoria del artista Mauro Muriedas cuando referenciaba al escultor Jesús Otero: "....siendo vosotros testigos y protagonistas de excepción de la vida de aquí y de ahora, pues de aquí y de ahora son el dolor y también la belleza que emana de toda empresa creacional".
