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Sociedad | Reinosa

El invitado que no falta en Reyes

El Roscón de hojaldre es la opción preferida en Campoo

En Campoo, "de toda la vida", el Roscón de Reyes que más aceptación tiene es el de hojaldre. El dulce tradicional de bollo pierde protagonismo en la comarca y de ello dan buena cuenta tanto Ricardo Lamadrid como las hermanas Beatriz y Esther González Peña, la tercera generación de pasteleros que están al frente de Casa Vejo y El Copo de Nieve respectivamente.

En Casa Vejo, el gerente actual explica que ya su abuelo (también llamado Ricardo Lamadrid), junto a los maestros pasteleros del tradicional establecimiento, apostaron por una masa de hojaldre en lugar del tradicional de bollo, "dada la aceptación" que tenía esta crujiente dulce. Corrían los años cuarenta y después de varias pruebas en el horno dieron con la tecla. Una receta tan simple como complicada, a base de mantequilla, almíbar y almendras tostadas que a día de hoy es "la opción preferida para más del 90 por ciento de los clientes", asegura Ricardo.

Se trata de "un proceso laborioso" que comienza con la masa, luego se deja reposar unas 24 horas, a continuación se lamina y se vuelve a dejar reposar otras 24 horas, se hornea y finalmente se da el baño de almíbar y almendras. La operación se repite aproximadamente 8.000 veces desde Nochebuena hasta el Día de Reyes, cifra aproximada de este tipo de dulce navideño que venden tanto a particulares que se acercan por Reinosa, como a establecimientos de Aguilar de Campoo, Santander o algún pedido que les solicitan a última hora, como los 400 roscos que elaboraron y enviaron ayer por servicio urgente.

Aunque está claro que la masa de hojaldre es la opción indiscutible en Casa Vejo, hay matices. Toca elegir entre el 'sencillo' o el relleno y aquí la proporción se divide entre un 60 y un 40 por ciento. Los más golosos rellenan el roscón de crema o nata y en ocasiones puntuales con cabello de ángel o trufa. "El público generalmente es fiel", observa Ricardo, tanto en el sabor a elegir como en la persona que se encarga habitualmente de ir a comprarlo.

Por su parte, el Roscón de Reyes en el Copo de Nieve se lleva haciendo "toda la vida". Beatriz y María Esther González Peña son la tercera generación de pasteleras y su marca de la casa es el dulce con masa de bollo hojaldrada. También los ofrecen rellenos (crema o nata) y todos rematados con un poco de coco y frutas. "Al público hay que darle lo que demanda", opinan.

Asimismo, apuntan que la tendencia está al alza y cada vez se venden más roscos. Ellas los comercializan siempre a partir del 1 de enero y solo en venta directa a particulares. Reciben pedidos de Torrelavega, Santander o Madrid. Los más impacientes se acercan a El Copo de Nieve antes del 5 de enero, prueban uno pequeño y antes de que llegue la noche mágica repiten con uno de mayor tamaño.

Igualmente, se trata de un proceso largo que puede prolongarse un par de días para su adecuada elaboración: hacer la masa y hojaldrarla, dejarla en reposo para que 'suba', después se cuece y se baña, luego toca esconder la sorpresa y por último la decoración.

Una sorpresa deliciosa

Cuando el dulce llega a casa, toca diseccionar la pieza con calma. Hay que observar donde puede estar la figurita, la disposición del relleno o la masa pueden dar alguna pista para eludir toparse con la señal del pagador. Algunos directamente hacen trampas pero la huella en la nata los deja en evidencia. Más pragmático es el que asume el riesgo y se la juega cortándose la porción más grande para amortizar su azar.

En Campoo la sorpresa no es un haba, la tendencia la marca cada año las modas infantiles con sus dibujos y personajes de fantasía (uno por rosco). Ya de pagar, por lo menos llevarse un objeto más agradable que una alubia seca.