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Actualidad | Reinosa

"Gracias a la lucha del 87 la fábrica sigue abierta"

Juan Carlos Gutiérrez, presidente del Comité de Empresa de Gerdau Reinosa

Juan Carlos Gutiérrez es el actual Presidente del Comité de Empresa de Gerdau en Reinosa por CCOO, cargo que ostenta después de recoger el testigo por la jubilación de Fernando Fuentes hace unos cuatro años. Cuando estallaron los sucesos del infausto Jueves Santo de 1987 era un estudiante de formación profesional en prácticas dentro la fábrica. Reconoce que no se prodiga en declaraciones a los medios, pero considera que esta efeméride si es merecedora de hacer un balance de aquella época y de la actual situación de la factoría que sigue rigiendo la economía campurriana.

-¿Dónde estaba durante los sucesos de abril de 1987?

-Era un estudiante de formación profesional que hacía prácticas en la empresa. Es cierto que lo viví un poco desde dentro, pero sin ser consciente realmente de la situación. Valoraba más la situación coyuntural que la cuestión que subyacía de fondo. Con la perspectiva de hoy, estoy convencido de que los planes políticos para la empresa de Reinosa era el cierre, y como consecuencia de la lucha de los trabajadores, con el apoyo de la comarca campurriana, se logró cambiar la opinión política que había sobre la comarca. Supuso un antes y un después y fue el inicio de lo que hoy conocemos como Gerdau.

Las intenciones políticas de aquel momento siempre fueron cerrar la empresa, y a consecuencia de la presión social que hubo, se determinó dejar abierta la factoría de Reinosa y cerrar otras que tecnológicamente estaban mejor posicionadas. Aun así, tuvimos un coste muy elevado de reestructuración del sector.

-El coste industrial no fue el más alto que se pagó...

-Lo peor fue que la comarca y los trabajadores pagaron un alto precio con la muerte de un compañero. La parte más triste y el alto coste que esta comarca pagó por defender sus empleos. La muerte de un trabajador, en cualquier situación, es un alto coste que nunca debería producirse.

-¿Cómo calificaría la actuación de las fuerzas de seguridad?

-Desmedida y no acorde a la realidad.

-¿Por qué actuaron así?

-No soy el más adecuado para hacer esa valoración.

-¿Considera que la respuesta ciudadana estuvo justificada?

- Creo que los medios de comunicación hicieron un papel de desvirtuar la realidad del problema. Aquí siempre hubo unos trabajadores luchando por sus puestos de trabajo y los vecinos estaban volcados en esa lucha. Era y es la principal empresa de Campoo y su motor directo. Los medios, además de desvirtuarlo, ofrecieron un enfoque muy parcial. Inicialmente todas las manifestaciones fueron pacíficas, y si los hechos se elevaron a otro nivel fue por la ausencia de respuesta política, en tiempo y forma, al problema laboral que existía.

-¿Cuántas vías se agotaron para llegar a esa situación?

-Creo que, en ese momento, se tocaron todas las vías posibles; el diálogo, las manifestaciones pacíficas, que por muchos motivos derivaron en conflicto social, pero sin ninguna duda, gracias a esa lucha por los intereses de la comarca, hoy las puertas de la antigua Foarsa siguen abiertas.

-¿Campoo está pagando las consecuencias o está recogiendo los frutos?

-No se puede predecir lo que hubiera sucedido si la realidad hubiese sido otra, pero sí es verdad que sin la reestructuración de la actual Gerdau, la situación actual de Campoo sería otra diferente.

- ¿Qué opinión le merece la postura política de aquella época del exministro de Economía Carlos Solchaga, o de alguien, con una autoridad moral puesta en entredicho posteriormente, como el exministro de Interior José Barrionuevo o Luis Roldán, el entonces director general de la Guardia Civil?

- Con una perspectiva actual, creo que la clase política no estuvo a la altura de las circunstancias del problema que tenían que abordar.

-Al hilo de los procesos de reconversión industrial llevados a cabo en ciudades como Vigo, Ferrol, Sestao o Sagunto en los últimos años ochenta, un sindicalista, también de CCOO, afirmó que "una reconversión es una transformación, no una destrucción..."¿Aquí se produjo una transformación o una destrucción?

- Desde el punto de vista social es una destrucción. De empleos directos, indirectos, se cerraron empresas, y por tanto, desde ese punto de vista es una destrucción, no una reconversión. Los motivos que lo originaron ya es más complicado de analizar.

-¿Ha conocido alguna crisis tan dura como la actual?

-Desde 1990 la crisis más importante que hemos padecido es esta última, concretamente a partir de 2009. Era un momento en el que estábamos con picos altos tanto en el número de trabajadores como en producción. Ha afectado principalmente a tres facetas: en la disminución del volumen que fabricamos, en la caída de los ingresos por ventas, y en la repercusión directa que tiene en los puestos de trabajo, que hace que estemos en niveles inferiores a los de 2009. En la actualidad tenemos en torno a 740 trabajadores.

-¿Cuántos puestos de empleo se han destruido desde el inicio de la crisis?

-Es un dato complicado de precisar. Ha habido dos procesos. Por una parte la disminución de plantilla, a través de planes de prejubilación, y por otra, a través del ‘colchón' de eventuales. En términos generales, no es lo mismo un ERE en el que se despida a 50 o 100 trabajadores fijos que prejubilar o recurrir al personal eventual en un número menor.

La crisis nos ha afectado a partir del 2009 y de varias maneras. Primero al producto laminado y ahora en la de las piezas fundidas y forjadas. El sector de laminado ya se ha normalizado y el de piezas es al que más le cuesta recuperar. Este último tardó en caer prácticamente dos años, pero ahora cuesta recuperarlo.

-¿Por qué ese orden?

-Principalmente porque en el sector de piezas fundidas y forjadas veníamos con una actividad muy alta y con pedidos a varios años de contratación, por eso no fue en picado. Gracias a esto hemos sobrevivido bien en este sector entre 2009 y 2010.

-¿Cuál es la expectativa?

-El mercado está estabilizado a la baja. No hay repuntes en los sectores que demandan piezas. Hay que precisar que cada uno es diferente, no afecta igual al sector de la energía que al de la minería o el automóvil, etc.

-¿Entonces, en qué fase estamos?

-En una recuperación muy muy lenta. 

-¿Cómo se presenta el 2014 respecto al año anterior?

-Similar al de 2013, al igual que este fue similar al 2012. Esperamos una buena carga de trabajo y actividad en el sector de laminado.

-¿Qué se ha conseguido con el nuevo convenio y las prejubilaciones?

-En materia de contratación firmamos en 2013 un convenio con una vigencia hasta 2016 en el que lo más destacables son dos aspectos: el plan de rejuvenecimiento a través de jubilaciones parciales y un plan de inversiones dentro de la vigencia del convenio.

-¿A cuántas personas afecta y cómo se están desarrollando las prejubilaciones y los relevos?

-Afecta a unas doscientas personas, de las cuales, el cincuenta por ciento será empleo fijo. Los trabajadores se prejubilan a medida que van cumpliendo los 61 años, hasta un total de 200, y a su vez son sustituidos por otros tantos. En esto consiste la jubilación parcial.

-¿Qué pretende la fábrica con estas prejubilaciones?

-Esa respuesta sería más adecuada que la diese la propia empresa, pero en mi opinión, lo positivo de las jubilaciones anticipadas es dar una salida digna, según legislación, a unos trabajadores que han aportado prácticamente toda su vida laboral a la empresa. Personas, en su mayoría, con más de 40 años en la fábrica. Por otra parte, hay que recordar que es una acería y, aunque las condiciones han mejorado, se trata de un trabajo físico y hay trabajadores con cierta edad a los que cada vez les resulta más duro.

En definitiva, la jubilación por contrato relevo aporta un cambio generacional, mejora la competitividad de la empresa y ofrece un posicionamiento de futuro. Lo importante es que se está cumpliendo el pacto acordado en materia de jubilación.

-¿Cuál es el motivo para que esta crisis sea más dura que las anteriores?

-Principalmente se debe a que el mercado está globalizado y nosotros producimos para él. El mercado interno tiene una cuota reducida y todo lo que afecta a nivel mundial nos afecta a nosotros. Es una crisis global y nosotros somos una multinacional que trabaja a nivel mundial. No somos indiferentes a la situación real del mundo por las condiciones del mercado y cualquier imprevisto en cualquier país nos afecta.

-¿Por qué sigue abierta la factoría de Reinosa?

-La clave es el gran potencial técnico de unos trabajadores altamente cualificados, y también el saber estar a las circunstancias coyunturales y adaptarse a las situaciones. Somos una empresa con un sistema de flexibilidad interna que permite adaptarnos al trabajo dentro de otras zonas de la fábrica. Esa capacidad para adaptarse a un modelo productivo que cambia todos los días.

-¿Con quién se reúne más, con los empresarios o con los trabajadores?

-El día a día es un trabajo en la empresa. Una situación en la que principalmente hablamos con los trabajadores y también mantenemos una comunicación con la empresa.

-¿Cómo califica la relación con la empresa?

-Fluida y de trabajo.

- Desde el punto de vista del cargo que ocupa, ¿qué confianza percibe de la empresa hacia los trabajadores?

-En un mercado global en el que actúan unas empresas multinacionales nunca se puede bajar la guardia, siempre hay que luchar por la viabilidad del futuro de la empresa y es una lucha continua. Dentro de los mercados globales, y a estos niveles, los sindicatos tienen que reclamar los mejores planes industriales para la viabilidad de la empresa.
A la empresa se la pide que sea respetuosa con los derechos de los trabajadores, con el medio ambiente y la comarca; que sea sostenible y que tenga una visión de futuro para generar empleo sin ser especulativa.

De la empresa espero que sea consciente del potencial humano que tiene dentro de la compañía y que es su mayor activo. Y que sea consciente que para para seguir hacia adelante tiene que tener un proyecto industrial que abarque todo: personas, medio ambiente, Campoo...Y es por lo que trabajamos, que haya un plan de futuro esperemos que para muchos años.

-¿Tiene la sensación de que ahora se lucha menos?

-Desde el punto de vista sindical y social todas las luchas sirven y dan su fruto. Sin la lucha de los trabajadores las condiciones laborales serían totalmente distintas a las que conocemos. Creo que se pelea menos que antes, pero en general. La lucha es menor de la que existía hace años y no solo centrada en el trabajo.

-¿Cuáles pueden ser esas causas?

-La mentalidad de algunas personas consiste en que peleen otros para sacar rendimientos todos. Que luchen todos para que yo me pueda beneficiar. Y ese modelo no es válido. Lo que no puede ser es no luchar y luego criticar a los que lo hacen por el hecho de estar debajo de unas siglas o un movimiento. Además, considero que cualquier movimiento sin organización está abocado al fracaso.

-Los sindicatos tampoco gozan de gran popularidad...

-Asistimos a una campaña mediática en contra de los sindicatos, principalmente por tres motivos: porque somos la última barrera física entre el Gobierno y los empresarios, porque somos unas organizaciones que ya le gustaría a cualquier gobierno presumir del nivel democrático que tenemos; ten en cuenta que en las elecciones sindicales participan cerca del 90 por ciento de los trabajadores y estamos legitimados democráticamente por la votación de quienes nos apoyan y somos su voz; y tercero, porque somos el último bastión que el Gobierno tiene en contra de unas reformas que son estructurales y no coyunturales, con las que se quiere cambiar de modelo de país y convertirlo en otro totalmente distinto. Somos la primera pieza a eliminar.

-¿Qué opina de la frase "que hagan lo que quieran, si van a firmar lo que a ellos les interese..."

-Es una leyenda urbana. Los sindicatos mayoritarios, o aquellos que tienen representación en las empresas, negocian todas las condiciones laborales que afectan a todos los trabajadores. Se firman atendiendo a las voces de los trabajadores, que expresan sus opiniones e intereses en reuniones asamblearias y con la participación a través de referéndums en las decisiones finales.

Para aquellos que opinan así tienen una fórmula muy sencilla, y es la renovación cada cuatro años de todos los órganos sindicales. Ese es el barómetro. Los trabajadores deciden y tienen libertad sindical para elegir a otro sindicato.

-Algo harán mal también los sindicatos.

Lógicamente los sindicatos también comentemos errores. Se analiza la situación para saber dónde no se ha acertado y, por los motivos que sean, rectificarlo.

-¿En qué se diferencia el modelo sindical de un partido político?

-Dentro de los propios sindicatos todos los órganos se eligen desde las bases. Se empieza con la elección de los delegados en las empresas, y ellos participan y deciden que serán sus dirigentes territoriales, que a su vez determinarán la estructura a nivel nacional. Se construye desde abajo hacia arriba. Un sistema piramidal que parte desde las empresas, que es donde comienza el trabajo, y llega hasta el secretario general.