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Cultura | Campoo

Don Marcelo y Chisco se escapan de Peñas Arriba

Los campurrianos Nacho Zubelzu y Andrés de la Pinta recrean la ruta literaria de la novela de Pereda, desde Reinosa a Tudanca

Un viaje desde la imaginación y a través del tiempo, inmersos en las páginas de la novela Peñas Arriba del escritor Jose María de Pereda, es el que están realizando estos días, Nacho Zubelzu y Andrés de la Pinta, recreando a dos de los personajes protagonistas de la obra, Don Marcelo y Chisco, respectivamente.

Este año han querido revivir algunos pasajes de Peñas Arriba, en concreto, el trayecto que realizan Marcelo y Chisco desde la estación de tren de Reinosa hasta Tudanca (Tablanca), siguiendo el itinerario narrado en la novela y ataviados con la indumentaria propia de los personajes, acompañados de una yegua. La idea es, una vez más, "reivindicar el valor de las culturas rurales, así como su mantenimiento". El pasado año peregrinaron desde Montesclaros hasta Santo Toribio con un burro y albarcas, con el mismo objetivo.

Así, con este gesto pequeño y anecdótico, se pretende dignificar la figura del campesino y su papel para mantener el equilibrio en el entorno.

"Es un llamamiento a nuestros políticos y mandatarios sobre la necesidad de abordar desafíos actuales como preservar ecosistemas, proteger recursos naturales y patrimoniales. Para ello, vemos necesario rascar en la memoria y poner referencias de vida tradicional en las prácticas empresariales del consumidor, no sin apartarnos de las aportaciones que nos brinda la modernidad" señalan en un comunicado que leerán este jueves, 30 de agosto, en la Casona de Cossío en Tudanca.

De Pereda, explican, se quedan con ese mundo exterior y humano, con el paisaje por contexto. "Es la narración de ambientes estéticos y poéticos que evocan labores y valores ancestrales de origen austero, pero puro y sincero del ser humano."

Como en la obra de Pereda, durante el viaje, disfrutan constantemente de elementos físicos y espirituales que emanan de la tierra, "de estos valles y montañas fieles a la memoria antigua repleta de raíces etnográficas y antropológicas" señalan. Abogan por las formas de vida tradicional, reguladas por parámetros más sociales y humanistas fomentando la sencillez y la humildad, como se hace en Peñas Arriba, un canto épico a los montes, a la niebla, a la vida en plena naturaleza. "Esperamos que cale el paisaje puro y la sencillez de las gentes rurales como calaron en Don Marcelo consiguiendo que regresara de la ciudad al pueblo" concluyen.