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Naturaleza | Vive Campoo

La población de corzos en Campoo se encuentra amenazada

Corzos en Campoo. Fotos: Roberto Menéndez y Jonathan Rodríguez.

La Asociación del Corzo Español explica la precariedad de esta especie ocasionada por la infestación del parásito Cephenemyia Stimulator

La precaria situación del corzo en el sur de Cantabria preocupa a la Asociación del Corzo Español. Su presidente, el doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de León y asesor de la confección y redacción del Plan General de Ordenación del Parque Nacional de Picos de Europa, Florencio A. Markina, advierte en su estudio 'Enfermedades parasitarias de los corzos: el caso de la miásis provocada por Cephenemyia Stimulator' de la infestación parasitaria que está sufriendo este cérvido derivada de la "mala gestión de la caza".

De extraordinario, califica Markina, el desarrollo demográfico del corzo a finales de los años sesenta del siglo pasado en los principales sistemas montañosos del país, incluyendo la Cordillera Cantábrica. Su capacidad de adaptación, la ordenación de su aprovechamiento cinegético o el descenso de la ganadería son algunas de las causas a las que atribuye dicha expansión. "Pero esta situación lo ha convertido en una de las especies más demandadas por los cazadores", apunta. El estudio 'Análisis de la evolución reciente de la Península Ibérica y su implicación en los cambios sociales y cinegéticos ocurridos en las últimas seis décadas', publicado el año pasado en el Boletín de la Asociación del Corzo Español muestra las estimaciones de las capturas legales que "superan los 40.000 ejemplares al año experimentando un incremento de esta actividad del 66,43% en los últimos ocho años". Un volumen de capturas que en 2012 generó en torno a 29 millones de euros, "de forma que muchas Juntas Administrativas, Concejos y Pedanías obtienen la totalidad de sus ingresos gracias a la renta cinegética de los cotos de caza de los que son titulares y que se mantienen gracias a la presencia de especies como el corzo y el jabalí". Además, declara el doctor, "no hemos sido capaces de regular el aprovechamiento y muchos aficionados a la caza se han limitado a capturar machos de trofeo", declara Markina.

El estrés, provocado por la sobre-población, debilita el sistema inmunitario de los cérvidos aumentando sus posibilidades de ser infectados por la Cephenemyia Stimulator, conocida a su vez como 'el parásito de los corzos'. Según datos recogidos en el estudio 'Enfermedades parasitarias de los corzos: el caso de la miásis provocada por Cephenemyia stimulator', "hace algunas décadas que mantiene rangos de prevalencia del 34% al 68% en la población del corzo". Informe en el que Florencio A. Markina describe al parásito como un díptero semejante a un tábano cubierto con abundantes pelos de color amarillo-anaranjado que alcanza un tamaño de 13 a 17 mm de longitud. Las hembras, que viven 16 días, una vez fertilizadas, "buscan un corzo hospedador y depositan sus larvas en su hocico". Alrededor de 500 por corza. La investigación revela que dichas larvas sufren tres transformaciones, denominadas LI, LII y LIII, para acabar situándose en la faringe y laringe del animal, saliendo por los orificios nasales.

El parásito de los corzos provoca la enfermedad de miásis. Afección que ocasiona estrés, sinusitis, estornudos, descargas mucosas desmesuradas, tos, disnea y, en casos severos, bronconeumonía e incluso la asfixia. "En general", declara el doctor en el estudio, "los individuos afectados presentan apatía y una respuesta anormal en la huída". Por lo tanto, la aparición de la Cephenemyia stimulator acentúa desequilibrios, como la elevada tasa de accidentes en carretera, provocando el descenso de la tasa reproductiva en las áreas campurrianas, el desplome de la calidad de las cuernas en los machos y "una mortalidad importante disminuyendo los índices de densidad en los próximos años", explica Markina.

Para aminorar el impacto en los corzos de los municipios de Campoo-Los Valles, "debemos confiar que a medida que los parásitos estén en contacto con los corzos se desarrolle su inmunidad restableciéndose así la población del corzo". Para ello, "deben de quedar totalmente descartados los movimientos de animales vivos". Desde ACE informan lo natural de que las hembras escondan a sus crías entre la vegetación durante las dos o tres primeras semanas de vida. "Hay que saber que estos animales no están abandonados", advierten desde la Asociación del Corzo Español, "su madre los observa constantemente". Por ello, cada año envían a Ayuntamientos e Instituciones el 'Proyecto Corcino' que pretende avisar a los ciudadanos de que no deben retirar a los corcinos de la naturaleza porque "capturarlos significa una muerte probable". Carteles en las paredes o las paginas webs de los consistorios y los colegios son los principales focos de desarrollo de un proyecto que informa de que "aquellas crías que logran sobrevivir no son aptas para ser re-introducidas en la naturaleza porque han perdido su instinto de defensa y huída".

El Ayuntamiento de Campoo de Yuso ha sabido reconocer la inestabilidad del ungulado formando parte de un proyecto que favorece el desarrollo del sistema inmunológico de los corzos, con el objetivo de conseguir la estabilidad demográfica. La Asociación del Corzo Español indice en la necesidad real de llevar a cabo una buena gestión de la caza para la mejora de los ecosistemas naturales entre los que adquiere especial relevancia la comarca de Campoo-Los Valles, rica en vegetación, fauna y tradición forestal.