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Opinión

¿Hasta cuándo?

¿Hasta cuándo?

El incendio provocado esta semana en el collado de Somahoz no es el primero en ese lugar, quemado repetidamente en el último año, y tampoco será el último, ni aquí ni en otros muchos montes de Cantabria

El incendio provocado esta semana en el collado de Somahoz no es el primero en ese lugar, quemado repetidamente en el último año, y tampoco será el último, ni aquí ni en otros muchos montes de Cantabria. Esa cultura del fuego y de "el monte es mío y dispongo de él a mi antojo" es una lacra que llevará mucho tiempo erradicar porque está bien arraigada en quienes la practican, que además son poco permeables al cambio y en general, al progreso.

Y sin embargo, en Campoo, además de esa media docena de delincuentes medioambientales, también vivimos miles de personas que amamos y disfrutamos de la naturaleza que nos rodea y de la que apreciamos el inmenso valor que todo ella tiene como paisaje, patrimonio natural, reserva de agua y vida, captación de CO2, etc.

Y yo me pregunto, ¿hasta cuándo vamos a seguir callados, impasibles, tolerando que 3 o 4 individuos sigan arrasando y destruyendo un espacio natural que es de todos? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que las administraciones responsables sigan mirando para otro lado en la persecución de estos delitos? ¿Hasta cuándo aguantaremos que se difumine la responsabilidad de quien ha iniciado el fuego, llamándole loco o pirómano, cuando sabemos que son personas perfectamente cuerdas, muchas veces perfectamente identificadas, que lo único que persiguen es deforestar el terreno para su propio beneficio? ¿Hasta cuándo?

Ese cuándo puede que llegue un día en el que un cúmulo de circunstancias provoquen una catástrofe mayor y el fuego no se quede solo en los brezales y monte bajo, que para muchos no parece tener ningún valor, si no que arrase alguno de nuestros espectaculares bosques. Pero entonces ya será demasiado tarde y nada nos devolverá los cientos de años de esos robles, hayas, abedules, serbales y acebos, y toda la vida que con ellos habrá quedado carbonizada.

Si alguien incendiara deliberadamente el jardín de nuestra casa denunciaríamos, y pediríamos justicia y reparación. Pero de manera incomprensible, cuando esto ocurre en nuestros montes no conseguimos ir más allá del lamento y la queja, como si nada se pudiera hacer para parar este desastre que se repite año tras año, mes tras mes. Y mientras, cientos de miles de euros de dinero público gastados en extincióny vidas arriesgadas en algo que perfectamente se podría evitar poniendo medios y recursos para investigar, denunciar y detener a quienes siguen quemando y beneficiándose después de lo quemado.