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Campoo de Enmedio | Sociedad

Conrado López, campurriano, centenario y racinguista

Conrado López, campurriano, centenario y racinguista

Conrado López, con su bufanda y el pulgar en alto./ Vive Campoo

A sus 101 años, se declara "racinguista hasta la médula" y aún sigue los partidos del conjunto cántabro por la radio

El año que se fundó el Real Racing Club de Santander, Conrado López celebraba su primer cumpleaños. Desde entonces, el destino de ambos centenarios ha corrido parejo, pero nunca se ha llegado a cruzar, pues Conrado, que ha vivido en primera persona la historia del club cántabro, jamás ha pisado El Sardinero. Al equipo de sus amores, el que su padre le enseñó a querer, del que ahora disfruta junto a nietos y yernos, siempre lo ha seguido colgado de la radio. "Bueno, siempre no, muchas veces era imposible, lo primero era el ganado", comenta Conrado entre risas y nostalgia, al recordar las pocas tardes que fue a verlo al bar o las muchas que pasó colgado de la radio junto a su padre. "Ahora sigo los partidos con mis nietos y yernos, soy racinguista hasta la médula".

Con su bufanda al cuello y el pulgar en alto, no vendrá mal este ánimo en los tiempos que corren para el conjunto verdiblanco, Conrado aprovecha para contar su vida. Este incansable racinguista nació el 18 de febrero de 1912 en Bercedo (Valdeolea) y durante varios años fue cambiando su residencia por varias localidades de Valdeprado del Río, hasta acabar recalando en 1954 en Matamorosa.

Conrado, uno de los siete hijos de Dalmacio y Esperanza, vivió de cerca la Guerra Civil y pasó dos años en la cárcel, de dónde logró salir -comenta- "al ser reconocido por un amigo cura, que insistió en que Conrado había sido su monaguillo". Meses después entraría a trabajar en la Naval, ahora Gerdau, en la sección de chapa fina. "Desde la primera chapa, hasta la última, no se paraba de sudar", explica un emocionado Conrado que aún recuerda cómo conoció a su mujer. "Aunque trabajaba en Reinosa, los domingos y las fiestas me iba al baile a Valdeprado, y uno de esos días conocí a mi mujer María, de la que no me he separado, hasta que falleciera hace tres años".

"Bueno, un poco de silencio que empieza el partido y hoy ya toca ganar"...