Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.
Puede obtener más información, en nuestra Política de Cookies.

Naturaleza | Reinosa

"En Campoo se pueden encontrar alrededor de 200 especies de setas"

La de primavera o perrechico es una de las setas más demandas que tan bien conoce José Luis Hernández, miembro de la Sociedad Micológica Campurriana y propulsor del primer fin de semana dedicado a las setas en Reinosa

Por primera vez la Sociedad Micológica Campurriana organiza en la comarca campurriana un fin de semana dedicado a las setas. Aunque a lo largo de sus doce meses de trayectoria la agrupación a la que pertenece José Luis Hernández ha llevado a cabo dos excursiones, ninguna de ellas se parece a la que va a tener lugar este fin de semana, a partir de las 9 horas de la mañana de hoy. Momento en que el autobús va a conducir a los participantes al paraje donde se va a llevar a cabo la recolección de diferentes especies que después van a componer la exposición en el Impluvium de Reinosa. "La gente se va a sorprender", asegura Hernández.

Hoy, sábado 27 de octubre, se van a realizar dos salidas de las que se han completado 44 de las 50 plazas disponibles. Jesús Martínez, de la Asociación Micológica Montaña Palentina, y Carlos Solares, de Micocant Rutas Micológicas, van a ser los encargados de explicar las características de las especies de setas que los participantes vayan encontrando por el camino, así como de su ambiente, "muchas veces la planta que se encuentra alrededor es la que determina la clase de seta que va a crecer". "Además, aconsejan llevar papel y boli para apuntar los detalles curiosos", situación que no se enfrenta con su carácter coloquial, "no va a ser muy técnico".

"En Campoo se pueden encontrar alrededor de 200 especies diferentes, aunque pueden ser de primavera y/o de otoño",  por ello, la sociedad  ha decidido acudir a Soto y Horna, "buscábamos que hubiera dos hábitat distintos como un pinar y un robledal o un hayedo para encontrar la mayor variedad posible, pero no ha sido posible por la meteorología y acudiremos a bosques de pinos". Aunque no olvidan que la falta de lluvias no propicia la abundancia de setas, "así que esperamos encontrar un mínimo de cuarenta especies, pero no más de setenta".

"En Campoo no hay cultura micológica", afirma Hernández, pero lo que es indudable es que la tradición setera está profundamente arraigada en las generaciones de alma de monte, pradera, pinar y hayedo. Cuatro de los ecosistemas que se pueden encontrar en la comarca campurriana, "no podemos relacionar una localidad con una especia de seta, ya que  sólo se puede dar con ellas si en el lugar se encuentra el hábitat adecuado".

Una tradición setera que conduce a la necesidad de rescatar las principales especies que, sin menospreciar a las no mencionadas, destacan en la comarca. El boleto comestible, por ejemplo, es una de las setas más admiradas para el consumo tanto en Campoo como en el resto del territorio nacional, "se pueden encontrar en cualquier lugar con robles y hayas". Un ejemplar de seta con tubo que cuando es viejo puede ser verde oliva. Al igual que el leccinum versipelle, una especie que crece debajo de los abedules y que tiene un pie escamoso negro muy característico. Al cortarla, su base se tiñe de color verde.

Cuando caminen por los bosques de coníferas y mixtos podrán encontrarse con el champiñón agaricus essetii, cuya particularidad reside en que su carne huele a anís, una seta con lámina de pie con anillo que como el champiñón silvestre, tiene una piel blanquecina. Al contrario que la barbuda, cuya forma de sombrero de oval a cilíndrica y su superficie blanca escamosa desaparece cuando llueve, "con el agua se va deshaciendo hasta convertirse en tinta líquida". De hecho, el ejército nazi, durante la Segunda Guerra Mundial utilizaba dicho líquido ennegrecido como tinta, "de esta manera comprobaban si los mensajes eran de ellos o de los americanos".

Sin embargo, uno de los principales tesoros micológicos que ofrecen los prados naturales o los bosques caducifolios campurrianos son las setas de primavera, o de carretilla. También conocidas como perrechicos, tienen un olor intenso a harina que cuando se cocina adquiere un sabor algo fuete pero muy demandado. Una especie poco parecida al matamoscas, cuya apariencia se asemeja a la casa de un gnomo. Pero la relación con la fantasía no puede concluir en su ingestión, son venenosas, un aspecto esencial ya que cuando llueve se trasforman y se pueden confundirse con algunos ejemplares de rúsula.

Un amplio abanico de variedad imposible de completar con pocas palabras, pero del que es inevitable mencionar al robellón, la seta de san juan y la trompeta para muertos, tres especies que se pueden coger durante el mes de octubre en la comarca. Y que a lo mejor, pueden descubrir los participantes y visitantes de la exposición durante el primer fin de semana micológico. Dos jornadas que terminarán con el taller interactivo y gastronómico impartido por Carlos Solares, "el experto va a enseñar a crear postres, suflés o paté", explica, "platos que difieren con lo que se acostumbra a hacer en los fogones de los hogares".